La adopción del coche eléctrico ya está considerado como un paso imprescindible para cumplir con los objetivos de emisiones que la Unión Europea y todos los grandes países se han impuesto. Sólo hay un problema: en España ahora mismo no hay muchos alicientes para abandonar el tradicional motor de combustión.

De esa manera, nuestro país contrasta dolorosamente con sus vecinos europeos, donde se concentran las ventas de coches eléctricos gracias a las medidas tomadas en los últimos años.

Pese a ir ya un par de pasos por detrás, el gobierno de Pedro Sánchez no parece tener prisa en solucionar esto; a juzgar por las palabras de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ni siquiera está segura de querer dar los mismos pasos que el resto de países europeos.

El IVA de los coches eléctricos

Por mucho que nos pese, los coches eléctricos son un lujo. Aunque hay proyectos que intentan reducir su coste, a la hora de la verdad, cuando el comprador llega al concesionario, siempre tiene la opción de pagar menos por un coche similar con motor de combustión.

El Renault Zoe es uno de los modelos eléctricos más asequibles

Sí, es cierto que el ahorro de un coche eléctrico se nota a largo plazo, conforme evitamos viajes a la estación de servicio; pero eso no quita que tengas que pagar ese sobrecoste inicial, algo que no todo el mundo se puede permitir.

La solución más obvia para poner esta tecnología a disposición de más gente es reducir los impuestos; eso es lo que han hecho en países como los Países Bajos, donde los coches eléctricos disfrutan de un tipo reducido, que irá subiendo conforme pasen los años hasta llegar al nivel de los coches de combustión.

El Tesla Model 3 fue uno de los más vendidos en diciembre gracias a los Países Bajos SUN YILEI Thomson Reuters

Gracias a estas políticas, los Países Bajos consiguieron llevar los coches eléctricos a lo más alto de las listas de ventas a finales del 2019. El caso de Noruega es especialmente famoso, al haberse convertido en el principal mercado europeo de coches eléctricos al quedar estos exentos de impuestos. Gracias a eso, el mismo coche es más barato en su versión eléctrica que en su versión diésel o gasolina.

Sin embargo, esta alternativa no parece convencer a Teresa Ribera, que en declaraciones a RNE destacó que simplemente reducir el IVA no sería "equitativo", ya que ese es un impuesto que no tiene en cuenta la renta de los compradores.

El verdadero problema

Ribera reconoce que España está muy por detrás en política ambiental, respecto al resto de países de la OCDE, pero que al mismo tiempo hay que tener en cuenta la "complejidad fiscal" de semejantes medidas. Por lo tanto, es posible que en vez de simplemente quitar un impuesto, el gobierno decida regular el impuesto de matriculación, creando tramos para diferentes tipos de vehículos; esto además tendría la ventaja de que beneficiaría a las empresas, con lo que se fomentaría la compra de eléctricos para las grandes flotas de vehículos.

Sin embargo, este camino sería más complicado, especialmente para el comprador, que tendría que sacar la calculadora para saber si realmente le interesa un eléctrico o no, y para los concesionarios sería más fácil ocultar esas ventajas y redirigir a los compradores a donde quieren. Se sumaría a la lista de cosas a tener en cuenta a la hora de comprar un eléctrico, una lista que ya es demasiado larga.

Cargadores de Tesla JamesQube | Pixabay

Porque los impuestos no es el único tema que tendría que estar tratando el gobierno. Otros obstáculos tan o más importantes que el precio aún siguen presentes para los usuarios españoles; el principal, la falta de cargadores. Aunque en los últimos años hemos visto inversiones importantes en este sentido, el territorio español sigue vacío de cargadores, especialmente comparados con Francia o Alemania.

De nada servirá bajar un poco el precio de los eléctricos, si los compradores no tienen dónde recargarlos. El gobierno de Sánchez tiene muchos deberes pendientes para la adopción de los eléctricos, especialmente si tiene alguna pretensión de cumplir los objetivos que él mismo se impuso.

Lo que es evidente es que el mercado español necesita un revulsivo, un impulso que arranque el interés por los coches eléctricos. La bajada del IVA puede serlo, al menos inicialmente y mientras esperamos a soluciones mejor ajustadas al mercado español.

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