Es seguro decir que el coche eléctrico no se popularizará hasta que la mayoría de los conductores tenga igual de fácil recargarlo que repostar un coche actual. El problema no es sólo de autonomía, es de infraestructuras.

Aunque ya hay muchas iniciativas para la instalación de puntos de recarga, la cantidad es nimia comparada con la de gasolineras; ahora mismo buena parte de España no ofrece siguiera esa alternativa.

La cuestión es que instalar los puntos de recarga no es algo barato; y menos cuando estos aún están evolucionando y mejorando. No muchas empresas están dispuestas a instalar cargadores si al año van a quedar obsoletos. Por eso, la clave puede estar en crear un nuevo tipo de cargador, que no esté limitado sólo a una zona.

Un robot para recargar coches eléctricos

La idea de un cargador móvil no es nueva, pero el último concepto de Volkswagen es tal vez el más interesante. Eso es porque estos robots con cargador incorporado están diseñados para funcionar en parkings.

La idea es que el robot reecargue su batería interna en una zona de carga separada del resto. Cuando un coche eléctrico aparque, el robot puede navegar automáticamente hasta la zona y permitirnos recargar el coche con una batería que trae consigo.

Todo el proceso se produce de manera automática, una vez que llamamos al robot usando una app o activando algún tipo de función al entrar en el parking. Una vez que el robot llega al coche y se comunica con él, este abre por si solo la tapa del cargador, y el robot puede insertar el cargador por si solo.

Una vez que la recarga ha iniciado, el robot se va y deja la batería externa conectada al coche, para que se recargue durante el tiempo que estaremos en la zona. Por lo tanto, en ningún momento tendríamos que hacer nada; y si tenemos un coche autónomo, ni siquiera tendríamos que aparcarlo. Una vez que ha terminado el servicio, el robot automáticamente llegaría para llevarse la batería externa y recargarla en el punto de recarga.

Parece muy futurista, y por una buena razón: por el momento este no es más que un concepto de lo que sería posible, y Volkswagen no tiene planes concretos para hacerlo realidad. Pero demuestra que la tecnología existe y hay cierta idea de cómo aplicarla. Un sistema semejante sería ideal para centros comerciales, que podrían añadir recarga de coches eléctricos sin tener que invertir tanto en la infraestructura necesaria.