Los badenes o reductores de velocidad han dejado de ser una molestia extraña para convertirse en algo muy habitual en nuestros pueblos y ciudades. Nuestra conducción ya se ha adaptado a tener que frenar cada cierto tiempo y "sufrir" el bache, especialmente si circulamos por una zona residencial o cercana a un colegio.

Eso no significa que nos tenga que gustar claro. Pese a que todas las grandes ciudades ya los tienen, los badenes no han dejado de ser polémicos por varias razones; tanto por el efecto que tienen sobre el tráfico, como sobre nuestros propios coches.

Y es que el temor a romper alguna parte de nuestro vehículo nos obliga a pasar estos obstáculos con especial cuidado; e incluso así, algunos badenes como los pasos de peatón elevados pueden tener un ángulo algo extremo. ¿Qué efecto tiene esto sobre nuestro coche?

El efecto de los badenes en nuestro coche

Si circulamos siguiendo las reglas, no mucho. Estos badenes están pensados para obligarnos a reducir la velocidad en zonas peligrosas, y siempre y cuando lo hagamos no deberíamos tener problemas. Pero eso no siempre es posible.

Hay casos en los que tomaremos un badén más rápido de lo que nos gustaría, ya sea porque no lo hemos visto, porque están mal instalados, o porque hemos calculado mal la velocidad. Hay casos en algunas zonas de España en los que los conductores han denunciado la existencia de badenes "desmesurados", que provocan que los coches vuelen.

Efecto cuando frenamos antes del badén Warped Perception

El efecto sobre nuestro coche en esos casos sí puede ser preocupante, como han demostrado en el canal de Youtube Warped Perception. Estos youtubers tienen un Mercedes-Benz viejo al que le han quitado todos los paneles de la carrocería, dejando la mayoría de las partes internas a la vista. Además, lo han modificado con un turbocompresor e inyección de óxido nitroso para conseguir la máxima velocidad en el menor espacio posible.

Este coche ya ha sido protagonista de varios experimentos, pero el último es tal vez el que más afectará al conductor medio, centrado en el efecto de los badenes. En concreto, prueba tres tipos diferentes: el de asfalto, el de los aparcamientos, y un nuevo tipo que parece más pequeño pero que puede provocar más estrés en la suspensión.

Este coche "invisible", como lo llaman, nos permite ver cómo funcionan las diversas partes, especialmente la suspensión; incluso podemos ver cómo afecta al cuerpo del conductor.

Irónicamente, tomar estos baches con la mayor velocidad evita uno de los grandes problemas, que el fondo del coche roce contra el asfalto. Normalmente la reacción que tenemos al encontrarnos un badén de repente es frenar, pero al hacer eso el reparto de pesos cambia y el frontal del coche baja demasiado al pasar el badén.

Por supuesto, no recomendamos hacer lo mismo, ya que corremos el riesgo de perder el control del coche. También hay que tener en cuenta que estas pruebas son muy extremas, a velocidades a las que nunca deberíamos ir en este tipo de carreteras.

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