El mercado de coches está cambiando a marchas forzadas, y cada vez más fabricantes tienen algún coche eléctrico o está preparando una renovación completa de su gama. Sin embargo, puede que no sea suficiente.

Y es que el efecto que está teniendo el coche eléctrico en las emisiones no es lo suficientemente grande como para compensar otras tendencias del mercado; es una de las conclusiones a las que ha llegado el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).

El informe afirma que la dependencia que la humanidad tiene en los combustibles fósiles seguirá creciendo al menos hasta dentro de diez años; la demanda de gasolina y otros combustibles seguirá aumentando como hasta ahora. Eso también se traducirá en un aumento de las emisiones, al menos hasta el año 2040.

La popularidad de los eléctricos no baja la demanda de combustible

No es un resultado sorprendente, teniendo en cuenta que los grandes países no han cumplido aún las metas que ellos mismos se cumplieron; y que algunos como EEUU ya están planeando la salida de estos acuerdos por motivos económicos.

Pero tal vez más chocante es el hecho de que el sector automovilístico no haya mejorado tanto en cuestión de emisiones como se esperaba; el aumento de ventas de coches eléctricos no ha sido suficiente, como tampoco lo ha sido el aumento en la eficiencia de los motores de combustión. La IEA apunta a varios culpables, y seguro que reconoces a uno de ellos: los SUVs.

Los SUVs son los coches más populares del momento, los que realmente han conseguido mejorar los resultados económicos de la industria. Prácticamente todos los fabricantes ofrecen al menos un modelo de SUV, y en algunos casos es lo único que ofrecen.

Estos modelos tienen la ventaja de ser más grandes, lo que se traduce en un mayor espacio interior, un estilo de conducción más agradable para mucha gente y un diseño más práctico para el día a día. Mucha gente incluso los compra por una mera cuestión estética, al ser más imponentes en la carretera. No es de extrañar que se calcule que el 42% de los vehículos vendidos en el 2018 fueran SUVs.

Pero ese tamaño tiene un precio, concretamente en la cantidad de energía necesaria para moverlos. Lógicamente, el mismo motor tendrá más problemas para mover un SUV que una berlina o un compacto; así que los SUVs son menos eficientes y consumen más.

Para la IEA, los SUVs fueron la segunda mayor causa de aumento de emisiones en los últimos diez años; sólo por detrás de las decisiones tomadas por el sector energético. Por lo tanto, cualquier beneficio ganado por el aumento de coches híbridos y eléctricos en los últimos años ha sido negado por estos coches.

Aunque es cierto que los motores de combustión actuales son cada vez más eficientes, aún quedan muchos modelos obsoletos; y las leyes contra emisiones han hecho poco para eliminarlos del mercado, ya que permiten, por ejemplo, que dos fabricantes se unan para seguir usando motores contaminantes.

Por eso la IEA pide que se forme una coalición global de gobiernos y compañías, que realmente se enfrenten al problema del cambio climático con acciones reales.

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