El primer ascensor sin cables del mundo usa la levitación magnética para llevarnos de una planta a otra inmediatamente.

Parece mentira, pero aún seguimos usando la misma tecnología para los ascensores que desde que se inventaron: un cable tirando de una caja. Sí, todo lo que rodea a ese concepto ha cambiado mucho y los ascensores actuales son piezas de tecnología puntera, pero la idea es la misma.

El grupo ThyssenKrupp se dedica (entre muchas otras cosas) a los ascensores, así que es comprensible que ya estén experimentando con el futuro de este transporte. Claro, que ThyssenKrupp lo hace a lo grande, y si hace falta construir una gran torre para probar nuevos ascensores, se construye.

Cómo funciona el ascensor sin cables

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Así nació la Torre de Luz (Aufzugstestturm), situada en Rottweil, Alemania; bueno, ahora, con sus 246 metros de hormigón, no hace honor a su nombre, pero la cosa cambiará cuando termine su construcción y reciba una capa de material translúcido que cambia de color con el movimiento del sol.

Lo que realmente nos interesa está en su interior, los doce conductos en los que se realizan pruebas de nuevos ascensores. Unos ascensores que bien pueden terminar en el fondo; por eso está reforzado y soporta impactos de hasta 40 toneladas a 160 km/h.

Es aquí donde se ha probado el ascensor sin cables, que usa levitación magnética (maglev) para mantenerse en el sitio; esta es una tecnología que ya hemos visto usada en trenes de alta (absurda) velocidad, y que como su nombre indica funciona creando campos magnéticos.

Como bien sabéis, los polos opuestos se atraen y al contrario, dos polos iguales se repelen; jugando con esto y aplicando la suficiente potencia como para vencer a la gravedad, es posible mover a voluntad trenes o ascensores, lo que queramos.

Tecnología de trenes dentro de edificios

Es gracias a esto que este ascensor no está limitado por el movimiento vertical; no solo puede subir y bajar, sino también moverse en horizontal. Por ejemplo, si queremos estar más cerca de una habitación concreta en un hotel.

Con el aumento en la altitud de los rascacielos, un ascensor magnético será casi imprescindible; los de cable tienen un límite de 500 metros, así que por ahora los arquitectos tienen que crear varios conductos e ir saltando de ascensor en ascensor hasta llegar al final.

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La inspiración en los trenes no termina con la tecnología usada; la idea es que el interior del edificio sea similar al sistema ferroviario de un país, con varios ascensores e interconectores que los dirigen a la zona deseada.

En ThyssenKrupp aseguran que en un periodo de entre tres y cinco años esta tecnología estará disponible.