El precio de los lectores de discos podría haber sido mucho menor, si varios fabricantes no hubiesen conspirado.

Hoy en día los lectores de discos son una reliquia del pasado; sobre todo en ordenadores portátiles, donde han sido sustituidos por conexiones y dispositivos externos. Aún seguimos encontrándolos en algunos modelos, y en algunos ordenadores de sobremesa; pero todo el mundo está de acuerdo en que el tiempo de los discos ha pasado.

La gran conspiración para fijar el precio de los lectores de discos

En 2003 la historia era diferente; incluir un lector de discos en un ordenador, ya sea portátil o de sobremesa, era todo un plus. Eran los tiempos de ver películas en DVD, de escuchar música en CD y de grabar nuestros propios discos. Y los fabricantes querían aprovecharse de esta moda lo máximo que pudieran, como ha demostrado una demanda colectiva de usuarios que ha luchado durante siete años en los juzgados. Y por fin, han conseguido que les den la razón.

La demanda fue dirigida contra Sony, NEC, Panasonic e Hitachi/LG; estos fabricantes de lectores de disco fueron acusados de conspirar para fijar los precios de sus unidades a una cifra mayor de la habitual. De esta manera, mantenían el precio alto de manera artificial y se aseguraban ciertos beneficios; la diferencia de precio no era espectacular, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de vender millones de unidades.

La conspiración se producía supuestamente de la siguiente manera. Cuando las compañías HP y Dell necesitaban una nueva remesa de lectores de disco, contactaban con los fabricantes para negociar precios; los fabricantes se compartían estas ofertas y llegaban a acuerdos para vender las unidades a precios superiores. No se sabe si también hacían lo mismo con otros fabricantes de ordenadores.

Entre los documentos y pruebas presentadas, nos encontramos correos electrónicos entre representantes de los acusados; también vemos vistas en las declaraciones públicas de las compañías. En 2004, por ejemplo, algunos de estos fabricantes anunciaron que el precio de los lectores se mantendría “estable”; supuestamente, el precio tendría que haber bajado pero no lo hizo. Esta práctica continuó al menos hasta finales de 2008; y posiblemente se extendió a varios tipos de lectores.

Circuit City's amended complaint in Optical Disc Drive price-fixing lawsuit by CNET News on Scribd

En documentos del 2008, se encuentran referencias a los, por aquel entonces, nuevos BD-ROM de Sony; entonces se decidió que sus precios serían la “referencia” para el resto de fabricantes que creasen sus propios lectores. Hasta Octubre de 2008 se encuentran declaraciones públicas de estas compañías asegurando que los altos precios de los BD-ROM no bajarían.

Ni que decir tiene que todo es ilegal; aunque por el momento sólo una persona ha recibido el peso de la justicia. Un ejecutivo de Hitachi-LG fue sentenciado a seis meses de cárcel después de declararse culpable de participar en la conspiración; sin embargo, el Departamento de Justicia de los EEUU no consiguió encontrar más culpables.

10 dólares de compensación por tener un lector de discos

La otra gran duda hasta ahora era si realmente los consumidores iban a recibir compensación. Hoy tenemos respuesta, aunque tal vez no te guste. Gracias a un acuerdo anunciado hoy, los propietarios de ordenadores con lectores de discos vendidos entre 2003 y 2008 podrán recibir 10 dólares; en concreto, Sony, NEC, Panasonic e Hitachi/LG han contribuido 124.5 millones de dólares, de los cuales un tercio irán a parar a los abogados. El resto será repartido entre los usuarios que lo reclamen.

Claro, que no todo el mundo recibirá el dinero; sobre todo porque entre 2003 y 2008 se vendieron cientos de millones de ordenadores. Los interesados en conseguir los 10 dólares tienen que rellenar el formulario en esta página. Sin embargo, te habrás dado cuenta de que estamos hablando de dólares; la demanda se realizó sólo en EEUU, así que sólo los usuarios de ese país pueden beneficiarse de ello.

En todo caso, no es que 10 dólares sea mucho. De hecho, es seguro decir que los fabricantes han salido bien parados de esta conspiración; lo cual no es muy tranquilizador, la verdad.