Reconozcámoslo, las barbas están de moda.

Aunque parece que el boom del mundo hipster ha decaído últimamente, sigue siendo la mar de habitual ver por ahí hombres con barbas enormes mil veces más cuidadas de lo que jamás estará mi larga melena.

Las hay de todo tipo: más o menos espesas, más o menos largas, perfiladas, teñidas, ¡incluso con adornos! Pero lo que tienen en común absolutamente todas es que el pelo no tiene ni el mismo color ni la misma textura que el de la cabeza. Lo segundo se ve bastante más claro, pero lo primero también, pues no es raro ver hombres de pelo moreno con barbas pelirrojas o rubias. La causa a estos dos hechos puede ser explicada por la ciencia y hoy os la vamos a contar, porque no está de más saber por qué somos como somos.

Las causas del color del pelo de la barba

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Como ya hemos visto en otras ocasiones, el pelo crece en el interior de unos saquitos, llamados folículos pilosos, en los cuáles también se encuentran los pigmentos encargados de darle color.

Estos pigmentos pueden ser de dos tipos; la eumelanina, encargada del color marrón o negro, y la feomelanina, responsable de colorear el pelo rubio o pelirrojo.

Aunque pueda parecer que todos tenemos sólo de un tipo u otro, lo cierto es que tenemos una mezcla de ambos, aunque las proporciones de cada uno serán las responsables del color final. Por ejemplo, alguien que tenga el pelo castaño, tendrá mucha eumelanina y un poco de feomelanina, por lo que la mezcla dará un color marrón oscuro, pero no negro.

¿Pero tenemos la misma proporción en todos los folículos pilosos que se extienden por nuestra piel? Pues no. Estos pigmentos no se distribuyen igual por todas las zonas en las que nos crece el pelo y precisamente ésa es la causa por la que la mayoría de hombres tienen el pelo de la barba de un color distinto al de la cabeza.

Además, esto no se restringe sólo al vello facial, sino al del resto del cuerpo; algo que, de hecho, también podemos comprobar las mujeres, que normalmente no tenemos el pelo de la cabeza del mismo color que el de otras zonas corporales, como las piernas.

¿Y qué pasa con la textura del pelo de la barba?

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Vale, ahora ya sabemos por qué el parecido entre el color del pelo de la barba y el de la cabeza de algunos hombres es más o menos el mismo que el de un huevo y una castaña, ¿pero qué pasa con la textura?

Algunas zonas corporales, como la barba y los genitales, contienen un vello áspero y rizado, independientemente de la textura del pelo de la cabeza del mismo individuo.

Esto se debe a que en estas zonas crece un tipo concreto de vello, conocido como pelo androgénico, que no es más que el pelo resultante del aumento de andrógenos durante la pubertad.

Se trata de un pelo diferente, que crece muy deprisa y poco a poco se hace más largo y grueso, aportando la textura típica de la barba, pero también de otras zonas en las que crece el pelo durante la adolescencia.

Aunque los andrógenos son hormonas que se secretan en mayor cantidad en los hombres, también actúan en el organismo femenino, por lo que las mujeres también tenemos este vello, también conocido como terminal, en zonas como las axilas o los genitales.

Así que ya sabéis, cuando veáis a alguien con esas largas barbas que ahora están tan de moda, podréis contarles el por qué de su color y su textura. Puede que al susodicho no le interese mucho, pero vosotros no os cortéis, que el saber no ocupa lugar.