Hoy os voy a  hablar de algo de lo que seguro que no habéis oído hablar últimamente: ¡Pokémon Go!

Lógicamente, estoy hablando irónicamente, pues este juego no sólo se ha convertido en el protagonista de la gran mayoría de conversaciones entre niños y no tan niños en los últimos días; sino que, además, ha propiciado que cada vez sea más habitual andar por la calle y ver de repente a alguien que, teléfono en mano, corre hacia un lugar supuestamente vacío mientras celebra su victoria al haber cazado un ser invisible.

Y es que el frikismo debe estar por encima de la necesidad de pareja, pues el juego ha llegado tan lejos que ya ha superado en número de usuarios a Tinder, que se consideraba una de las aplicaciones para smartphones más relevantes y utilizadas de los últimos años. ¿Quién quiere buscar pareja pudiendo cazar un Pikachu de verdad al ladito de casa? Bueno, de verdad de verdad no es, pero así es cómo se sienten los usuarios de Pokémon Go, que cada vez están más enganchados a un juego que ha sabido cómo reunir todas las características necesarias para crear una adicción que no ha hecho más que empezar.

La psicología de Pokémon Go: ¿Por qué es tan adictivo?

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Antes de analizar la psicología de Pokémon Go debemos recordar que partimos de la premisa de que el ser humano es un animal social y competitivo.

Según los psicólogos, hay varios factores que han influido en el éxito del juego y en parte están fundamentados en estas dos características, pero veamos cómo lo hacen.

La interacción social

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Para empezar, hasta las personas más solitarias necesitan en ocasiones interactuar con los demás. Evolutivamente hemos desarrollado la capacidad de llevar a cabo muchas tareas que requieren de la colaboración y el trabajo en equipo y, además, en ciertas etapas de la vida, como la adolescencia, la aprobación del resto del grupo se hace psicológicamente muy necesaria, por lo que el uso de este tipo de juegos, que implican la comunicación con conocidos y desconocidos, se hacen muy interesantes.

Por otro lado, mientras que cuando comenzamos a jugar con los Pokémon cuando éramos pequeños la única forma de transmitir nuestras sensaciones sobre el juego era el intercambio de tazos y cromos en el patio del colegio, el uso de teléfonos inteligentes hace mucho más fácil esta tarea en la actualidad.

La nostalgia

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Y precisamente el tema de cuando jugábamos con Pokémons en el colegio también ha sido un factor relevante en el éxito de esta nueva aplicación, pues no hay nada como retrotraerse a la infancia para que algo nos parezca interesante.

Salvo algunas excepciones, por lo general todos hemos tenido una infancia feliz, ya que cuando somos niños no percibimos la vida del mismo modo y le damos menos importancia a los problemas, por lo que cualquier cosa que nos recuerde esa época nos hará saborear de nuevo aquella felicidad.

Por eso, los que fuimos niños en los 90, a pesar de ir camino de la treintena no tenemos reparos en jugar a lo que podrían definirse como un juego para niños, puesto que quién no veía los dibujos intercambiaba cromos y, quién no, simplemente participaba en conversaciones sobre Pokémon, por lo que cualquier alusión a ellos nos sacará una sonrisilla que, en ciertas ocasiones, se agradece mucho.

La competitividad

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Como os decía al principio, el ser humano es un animal competitivo. Sí, nos gusta interactuar con los demás, pero si les ganamos a la vez que nos relacionamos con ellos, mejor que mejor.

Esto es algo que aporta un éxito extra a cualquier juego que implique subidas de nivel o ganancia de trofeos, pero se magnifica cuando se consigue que se asemeje a la realidad.

Aquí entrarían en juego las vivencias en realidad virtual, pero es cierto que aún hay gente que no se encuentra preparada para este tipo de aplicaciones, bien porque se mareen, bien porque les resulte desagradable o bien porque sólo puedan permitirse las gafas de Nesquik.

Por eso, Pokémon Go, a pesar de reunir toda las ventajas de los juegos de realidad virtual, supera con creces las desventajas, ya que casi todo el mundo hoy en día tiene una tablet o un smartphone y, además, puede volver a la vida real simplemente apartando la vista del teléfono.

Como vimos en un artículo reciente, Pokémon Go puede ser muy beneficioso para la salud, tanto física como mental, por lo que siempre que se evite la adicción y no se olvide que seguimos en un mundo real con coches, precipicios y todo tipo de obstáculos a los que hay que prestar atención, puede ser una buena opción para pasar nuestro tiempo libre.

Y en cuanto a lo de haber desbancado a Tinder, mi valoración personal es que pronto conoceremos a las primeras parejas surgidas de Pokémon Go. Y si no, al tiempo.