Con la reciente llegada de Juno a Júpiter, muchos nos hemos preguntado: ¿Cómo de rápida debe ser una nave espacial para llegar a otro planeta?

Con esa duda en mente, es lógico ir más allá y preguntarnos cuál es, desde los inicios de la investigación espacial, la nave espacial más rápida creada de la mano del ser humano. Evidentemente debe ser un vehículo capaz de atravesar miles de kilómetros por hora, y conseguir saber dicha velocidad implica tener un punto de referencia, ya sea en relación a la Tierra, el Sol u otro cuerpo celeste.

Además, la cosa se complica a medida que nos alejamos de la Tierra, asociando que el “tiempo” de vuelve relativo (un día en Marte no dura lo mismo que un día en la Tierra); y sabiendo que la velocidad necesita ser medida según distancia en relación al tiempo, la cosa es complicada.

La nave espacial más rápida: El punto de referencia y la velocidad

Para empezar, según podemos leer en LiveScience, debemos tener un punto de referencia para poder medir la rapidez de una nave espacial: La Tierra, el Sol u otro ente. Si medimos la velocidad de un coche o una moto, es lógico que el punto de referencia sea la Tierra. Sin embargo, en el espacio la cosa es más compleja, y es bastante común usar un cálculo heliocéntrico, donde el punto de referencia es el Sol.

Sol en 4K

Por otro lado, la velocidad de una nave espacial varía desde su lanzamiento. En un inicio dicho lanzamiento tendrá una mayor aceleración, pero la velocidad de crucero será diferente, y las interacciones planetarias también pueden alterar todo el viaje. De hecho, si una nave espacial sobrevuela un planeta, la fuerza gravitacional del mismo aumentara la velocidad de la nave espacial y la propulsará más lejos.

Tanto los planetas como otros cuerpos celestes (como una luna) proporcionan hondas gravitatorias. Es algo similar a lo que ocurre si lanzamos una pelota hacia un tren en marcha: El impulso del tren otorgará mayor velocidad a la pelota.

La nave espacial más rápida creada por el hombre: Un repaso a la historia de los viajes espaciales

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Tras esta breve explicación inicial, pongámonos en materia. Como ejemplo más reciente, tenemos la sonda Juno, la cual llegó a Júpiter el pasado 4 de julio de 2016 tras cinco años de viaje. Cuando entró en contacto con la honda gravitatoria de este gigante gaseoso, la sonda Juno se aceleró hasta llegar a 265.000 km/h, lo que le otorgó el honor de ser la nave espacial más rápida creada por el hombre.

En anteriores ocasiones ya se habían logrado grandes velocidades, como son los casos de las sondas Helios I y Helios II lanzadas en 1974 y 1976 respectivamente para estudiar los procesos solares. Ambas lograron llegar a una velocidad de 253.000 km/h.

Asimismo, por su parte, el récord de velocidad de lanzamiento lo sigue ostentando la sonda New Horizons, la cual despegó el pasado año 2006 hacia Plutón y el Cinturón Kuiper a la friolera de 58.000 km/h. No está nada mal para sus 478 kg de peso. Esto le hizo superar el anterior récord de 52.000 km/h, el cual pertenecía a la sonda Pioneer 10, lanzada en 1972.

Para finalizar, a pesar de que Juno sea ahora mismo la nave espacial más rápida, es posible que su récord pronto sea superado. En el próximo año 2018 la NASA pretende lanzar la misión Solar Probe Plus, la cual sobrevolará la atmósfera del Sol. Debido a la gran masa de nuestra estrella, se espera que esta sonda alcance los 724.000 km/h, destrozando completamente el récord de Juno. Esto, en términos más comprensibles, sería la velocidad necesaria para viajar de la Tierra a la Luna en tan solo 30 minutos.