En el Tour de Francia utilizarán cámaras térmicas para detectar motores en las bicicletas de los profesionales.

El ciclismo profesional no pasa por una buena época. La sombra del dopaje lleva años sobre él y conforme la tecnología también avanza, surgen nuevas formas de dopaje que no sólo se aplican sobre el propio ciclista.

Es el denominado dopaje mecánico y, pese a que se ha hablado mucho de él, no se ha detectado tantas veces. Sin embargo, a comienzos de año tuvimos escándalo de la ciclista Femke Van den Driessche, en cuya bicicleta encontraron un motor durante el Campeonato del Mundo de ciclocross.

Cámaras térmicas para analizar las bicicletas antes, durante y después de las etapas

Femke Van den Driessche pagó los platos rotos con una sanción de 6 años (lamentable que no hubiese nada para el equipo). Aquel fue el primer caso de dopaje tecnológico de la historia del domingo, la confirmación de lo que tanto se ha rumoreado durante años y muchos pensaron “si lo hacen en el Mundial Sub23, ¿qué no harán en niveles superiores?“.

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Pocos meses después volvió la polémica al pelotón profesional, cuando el medio italiano Corriere della Sera y la televisión francesa Stade2 publicaron un reportaje en el que utilizaron cámaras térmicas durante la Strade Bianche y había zonas de las bicicletas con temperaturas inusuales, como la zona del pedalier o el perfil de las ruedas.

Los motores para bicicletas existen, no son ningún secreto y hay fabricantes de bicicletas que venden modelos ya montados con todo el sistema perfectamente oculto. De ahí a que se utilicen en el pelotón profesional hay un trecho, pero por si las moscas la UCI (Unión Ciclista Internacional) ha anunciado que durante el Tour de Francia 2016, que comienza en unos días, habrá controles con cámaras térmicas.

Hasta ahora, la UCI ha estado utilizando magnetómetros para medir la densidad del flujo magnético utilizando tablets y software específico, pero ahora, en colaboración con la Comisión de la Energía Atómica y el Centro Nacional para la Investigación Científica, utilizarán una cámara térmica para medir las propiedades térmicas de las bicicletas.

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Más de 4.000 controles para detectar motores en bicicletas

Según los responsables, la sospecha del dopaje mecánico ha crecido y lo último que quieren es que se pierda el alma del Tour, uno de los mayores espectáculos ciclistas del planeta.

Así, durante el Tour de Francia sumarán mayores esfuerzos y recursos al control térmico del pelotón, asegurando que harán unos 4.000 controles a las bicicletas durante toda la competición. La cámara térmica portátil no sólo se utilizará en antes y después de cada etapa, sino que también podrá ser instalada en las motos de la organización o en los bordes de la carretera en algunos puntos (y quizá en un futuro, incluso desde los helicópteros que siguen la carrera).

Exista o no dopaje tecnológico, todo esfuerzo es buen y teniendo en cuenta que es el Tour de Francia dudo que ningún equipo o corredor se arriesgue a utilizar un sistema de ayuda con el riesgo de quedar expuesto ante el mundo en una ronda de esa importancia.