El plástico lleva décadas convirtiéndose en un problema de contaminación difícil de moderar.

De hecho, las últimas investigaciones no hacen más que buscar métodos para poder eliminar este plástico que ya ha llegado incluso a formar islas y rocas artificiales, un par de dudosos honores de la mano del ser humano.

Ahora, gracias a los investigadores de la Academia de Ciencias de China, y cuya investigación se ha publicado recientemente en Science,  podemos tener cierta esperanza. Según estos investigadores, sería posible convertir el polietileno (el plástico más común de la Tierra) en combustible líquido.

Combustible líquido con plástico, una utopía hecha realidad

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Cada año se fabrican en la Tierra unos 100 millones de toneladas de polietileno, una sustancia que no se degrada en el ambiente, por lo que puede ser realmente problemático. Pero, ¿os imagináis poder obtener combustible líquido con plástico? Anteriormente se había pensado en quemar dicho plástico en hornos a altas temperaturas, pero este proceso consume grandes cantidades de energía y produce más contaminación si cabe (incluso más difícil de eliminar que el propio polietileno). En definitiva, no es rentable.

Tras descubrir la bacteria que come plástico, había esperanzas de poder acabar con esta sustancia contaminante de forma natural, pero es un proceso excesivamente lento. Ahora Zheng Huang y sus colegas de la Academia de Ciencias de China, tras cuatro años de investigación, han descrito un método para degradar el polietileno a tan solo 150 ºC (temperaturas bajas teniendo en cuenta que las combustiones normales pueden rozar los 1000 ºC) gracias al uso de una molécula organometálica como catalizador.

Dicha molécula debilita los enlaces de la estructura molecular del polietileno, acelerando su descomposición y transformándolo en un producto líquido. De momento el método se ha probado ya en bolsas de plástico, botellas y envases alimentarios con éxito.

Conseguir combustible líquido con plástico a gran escala, un nuevo desafío

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Evidentemente, el siguiente objetivo es llegar a convertir grandes cantidades de polietileno en combustible líquido, consiguiendo por una parte reciclar las grandes montañas de contaminantes que se están acumulando en el planeta, y por otra grandes cantidades de combustible a nuestra disposición sin usar petróleo.

De momento, como bien comenta Huang, el catalizador funciona bien si se encuentra en una proporción de 30 a 1 respecto a la cantidad de plástico, pero eso no es suficiente a nivel comercial, pues debería servir con proporciones de diez mil a uno o de un millón a uno. Por otro lado, el metal usado como catalizador es el iridio, un metal precioso y raro; se intentará usar otro como el platino, más barato, aunque puede ser complicado por desconocerse los efectos específicos de este metal. Cada catalizador metálico es un mundo.