Investigadores del Texas A&M University logran lo imposible; recuperar los recuerdos perdidos.

El cerebro es un puzzle cuyas piezas estamos encajando poco a poco. Sabemos mucho sobre él, pero aun se mantienen ciertas incógnitas en el aire que solo encuentran respuesta en predicciones e hipótesis muy variables.

Aunque sea más típico decir que el corazón “enciende la chispa de la vida“, el cerebro es dónde se almacenan y transcurren todas nuestras vivencias, desde que nacemos hasta que morimos. Uno de los conceptos a los que se enfrentan ciencias cómo la etología o la neurociencia, es a la memoria. ¿Es algo físico?¿desaparece?¿se sobrescribe cómo si fuese un ordenador?

El largo recorrido de nuestra memoria

memoria

Para conocer mejor cómo funciona nuestra memoria, debemos comprender que forman un espacio físico en nuestro cerebro, cómo si de un Pendrive se tratase. Sin embargo, cuándo se “pierde” una memoria, información almacenada, no está ocurriendo el típico proceso que veríamos en un ordenador al borrar un archivo, o en un partido de fútbol dónde si un equipo gana, el otro pierde.

El lugar por excelencia dónde residen nuestras memorias es el hipocampo, que además se encarga de procesar nuestras emociones de forma conjunta con nuestra memoria. Cuándo se produce un deterioro en uno de los elementos de este sistema, las memorias no se hacen accesibles o no se puede acceder a ellas con la misma facilidad que antes; y nuestro hipocampo no se iba a escapar de este deterioro.

Junto con la disminución de la neurogénesis (producción de nuevas neuronas) la edad y las enfermedades neurodegenerativas afectan a nuestras memorias reduciendo el volumen del hipocampo.

¿Es posible recuperar los recuerdos perdidos?

Memoria_Alzheimer

Los investigadores del Texas A&M University han demostrado con su estudio publicado en Stem Cells Translational Medicine que recuperar la memoria es posible, gracias a la inserción de células madres en el hipocampo, usando un modelo animal joven.

Todos conocemos los excelentes resultados que están ofreciendo las células madre en la medicina regenerativa, pero este estudio se lleva la palma. El éxito lo consiguen gracias a su capacidad para tolerar la hipoxia (ausencia de oxígeno) frente a los anteriores intentos de conseguir recuperar la memoria.

Usando cómo donadoras células procedentes de la zona sub-ventricular del cerebro,  área análoga a la archiconocida médula ósea y poseedora de un gran número de células madre neurales cuya función principal es servir cómo reparación durante un daño cerebral y remplazar las neuronas perdidas.

Por el momento, se tiene una gran expectativa en este hallazo pues ha conseguido lo propuesto en modelos animales, pero siguen siendo necesarias pruebas para conocer las consecuencias que tendría en el comportamiento y en el organismo humano, para evitar que acabe cómo alguna que otra peli de ciencia ficción.