El fin de los Intel Atom levanta muchas dudas sobre el futuro de Intel. No debería. Si acaso, el futuro de la compañía probablemente esté hoy más claro que nunca.

Siempre es una mala noticia cuando una empresa anuncia despidos masivos, y si eso supone perder al 11% de la plantilla, aún más. 12.000 personas recibirán la temida notificación en lo que queda de año, y como no podía ser de otra manera, la producción de procesadores se verá seriamente afectada.

Así que junto con la “reestructuración”, Intel también ha realizado otros anuncios relacionados con su futuro, cancelando algunos proyectos y centrándose en otros, de cara a enfrentarse a la próxima década en condiciones. Aunque eso suponga abandonar el sector más importante de la actualidad.

Llega el fin de los Intel Atom

En efecto, donde Intel ha recortado más ha sido en el desarrolo de procesadores y SoC para smartphones y tablets, no en el desarrollo de procesadores para PC.

La consecuencia inmediata es que los procesadores Atom han llegado a su fin. La próxima arquitectura Broxton para procesadores Atom ha sido cancelada, además de los próximos SoC de la gama SoFIA de coste reducido. Ambos eran productos basados en el proceso de fabricación de 14 nm, y los esperábamos para este mismo 2016, así que su desarrollo ya estaba casi terminado.

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Es extraño que una compañía cancele un proyecto tan tarde, ya que el coste de fabricar el chip es mucho menor que todo el proceso de investigación y desarrollo que ha necesitado. Esto debería indicarnos que la decisión de Intel de abandonar los smartphones y tablets va muy en serio. Si sólo leyésemos los titulares de los últimos años, esto nos parecería una locura.

El mercado del PC está en caída constante, y no tiene visos de recuperarse. Los datos de ventas son entre catastróficos y malísimos, y afecta a prácticamente todos los fabricantes. Ni siquiera la llegada de Windows 10 ha conseguido revitalizar un mercado que está estanco en estos momentos. Hay algunos detalles que invitan al optimismo, aunque no son muchos.

Y sin embargo, Intel continuará el desarrollo de procesadores para PC; incluso Brian Krzanich, CEO de Intel, se ha atrevido a calificar como “exagerados” los rumores de la muerte de la Ley de Moore que lleva marcando el camino de los procesadores para PC desde hace décadas, y ha prometido nuevas inversiones en investigación y desarrollo de nuevos chips de silicio.

¿De dónde sale esa certeza de que todo irá bien si Intel se centra en el mercado del PC? Aunque no lo parezca, Intel tiene muy buenas razones para abandonar el mercado móvil.

Intel nunca fue un rival serio en el mercado móvil

Seamos sinceros, Intel lleva años prometiendo la revolución en el mercado móvil, y no ha llegado. Cada nuevo procesador era lanzado con la promesa de que el próximo, de verdad de la buena, iba a conquistar el mercado.

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La dura realidad para Intel es que después de la sorpresa inicial, pocos fabricantes de smartphones optaron por sus modelos, la mayoría abrazando soluciones bien conocidas y probadas como las de Qualcomm, Samsung o Mediatek.

La plataforma ARM ya es sinónimo de móvil, y como tal era difícil convencer a nadie de que saltase a la plataforma x86, por muy probada que estuviese en PC. Y si hay algo que Intel no iba a hacer, era dar el salto a ARM.

Ante esto, se puede decir que la única alternativa que le ha dado el mercado es salir por la puerta de atrás.

El PC tiene más posibilidades de recuperación

El mercado del PC está en una situación complicada, con millones de usuarios que no quieren cambiar de sistema porque están muy a gusto con el que tienen ahora, gracias. No es que se usen menos ordenadores, es que no hay necesidad de cambiarlos porque ya han alcanzado el nivel necesario para hacer la mayoría de cosas que queremos.

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Quitando a los entusiastas y jugadores, los usuarios tienen pocas razones para cambiar de ordenador… una situación que se está repitiendo en el mercado de las tablets.

A finales del año pasado ya lo comentábamos: las tablets se han estancado, por una razón muy similar: los que quieren una tablet ya la tienen, y no ven muchas razones para comprar una nueva. Ante esta perspectiva, tal vez sea mejor apostar por el producto que ya lleva varias generaciones y varias crisis a sus espaldas.

El futuro no está en el movil, sino en la nube

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Intel es consciente de lo mismo que Google, Microsoft, y muchas más: lo importante no es el dispositivo que usas, sino los servicios a los que te conectas. ¿Y dónde se ejecutan esos servicios? Pues en la nube, y ahí es donde Intel puede ganar mucho. No es casualidad que la primera frase en la declaración de Intel en la que anuncia estos cambios, sea la siguiente:

Intel está acelerando su transformación de una compañía de PC, a una que da potencia a la nube y a miles de millones de dispositivos inteligentes y conectados.

Ese es el futuro de Intel, y por eso tiene que abandonar el mercado de los dispositivos para conquistarlo de otra manera.