Poco a poco la ciencia real está consiguiendo superar la ciencia ficción.

Si nos preguntan por una estrella artificial de gran tamaño unida al haz de luz de un láser posiblemente pensemos en la Estrella de la Muerte, pero no se nos pasaría por la cabeza que pueda existir algo similar en la realidad. Sin embargo, aunque no se trata de una Estación Espacial Imperial, sí que es cierto que la ciencia usa estrellas gigantes creadas con láseres para ayudarse en la búsqueda de planetas y estrellas distantes, cuya visibilidad se dificulta debido a la atmósfera borrosa de la Tierra.

La más grande de estas estrellas ha sido creada hace unos días en el Observatorio Paranal, del Observatorio Europeo del Sur (ESO), en Chile, y para ello han utilizado ni más ni menos que cuatro potentes láseres.

¿Para qué sirven estas estrellas artificiales?

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La atmósfera terrestre provoca una perturbación en la luz que entorpece la visibilidad a través de los telescopios, de modo que se dificulta su resolución y es muy complicado discernir objetos cercanos entre sí situados a una gran distancia de nuestro planeta.

Para poder solventar este problema, es necesario recurrir a una técnica conocida como óptica adaptativa, consistente en la inserción en el camino óptico del telescopio de un espejo deformable sostenido por un conjunto de actuadores controlados por un ordenador. Sin embargo, para que este mecanismo funcione correctamente, se necesita una estrella de referencia que permita evaluar las fluctuaciones producidas en la imagen a tiempo real.

Por eso, al no existir estrellas en todas las direcciones del espacio, es necesario crearlas artificialmente y, precisamente ahí, es dónde entran en juego los láseres; que, al incidir sobre la atmósfera, excitan los átomos de sodio presentes en ella. que comenzarán a emitir como si de una estrella se tratara.

¿Cómo han conseguido crear la estrella artificial más potente del firmamento?

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Aunque este tipo de procedimientos ya habían comenzado a llevarse a cabo a principios de los años 90, hasta ahora no se había conseguido crear una estrella artificial de la magnitud de la que han conseguido en Chile.

Para ello, han utilizado un mecanismo al que han llamado 4LGSF (Four Laser Guide Star Facility), consistente en el uso de cuatro láseres de 22 vatios, cuyos rayos han sido dirigidos hacia el cielo, haciendo que los átomos de sodio presentes en las capas más altas de la atmósfera brillen como estrellas de gran potencia.

Al disponer de más de un láser, se pueden mapear las turbulencias de la atmósfera con mayor exactitud, mejorando la calidad de la imagen y haciendo que se consiga un campo visual más grande.

Así, gracias a la instalación de 4LGSF, se podrán llevar en ESO proyectos de investigación y desarrollo muy complejos, que habrían sido imposibles con las estrellas artificiales utilizadas hasta el momento.

No será la Estrella de la Muerte; pero también mola, ¿verdad?