Hoy 10 de marzo se cumplen 140 años de la primera llamada telefónica bi-direccional de la Historia, un buen momento para recordar el caótico proceso que llegó a esa conclusión.

Aún hoy en día existe una gran polémica por la autoría de la invención del teléfono, y siguen apareciendo historias y testimonios que apuntan a que varias personas estaban trabajando en el mismo concepto casi al mismo tiempo.

Pero principalmente, todo depende de qué consideres “teléfono”. ¿Un aparato para comunicarse a distancia? Entonces el teléfono es tan viejo como la idea de unir dos vasos por un hilo.

Los confusos orígenes del teléfono

Antonio Meucci

¿El uso de electricidad? Entonces el concepto de Charles Bourseul e Innocenzo Manzetti de un disco que vibra con el sonido, variando la corriente de una batería, también sería un teléfono, aunque por aquel entonces, la década de 1840, ni siquiera se planteaban usar electricidad para la transmisión.

La persona que acuñó el término “teléfono”

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¿Es un teléfono un aparato que nos permite convertir un sonido a una señal eléctrica? En ese caso el logro es del alemán Johann Philipp Reis, que, inspirado por el concepto de Bourseul, creó en 1862 un dispositivo basado en una bobina de cable colocada sobre un agujero en una caja; el cable se contraía cuando la corriente eléctrica pasaba por él y producía contacto con el receptor.

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Reis fue la persona que acuñó el término “teléfono”, aunque en realidad a su aparato aún le faltaban muchos de los elementos que consideramos básicos, como la transmisión de palabras.

Las notas musicales eran reconocibles, pero no así el habla, aunque Reis lo intentó con una frase algo extraña, “Das Pferd frisst keinen Gurkensalat”, “El caballo no come ensalada de pepino” en alemán.

Un aparato fruto de una era de inventores

Infinidad de personas aseguraron haber conseguido lo mismo en su momento, e incluso hay quienes apuntan a un joven Nikola Tesla como el inventor del teléfono tal y como lo conocemos (aunque nació en 1856).

Como veis, la cuestión no es tan sencilla como parecía al empezar este artículo, y todas estas personas pueden ser consideradas como “inventores del teléfono” en la misma medida; en todo caso, esta es una prueba de que el siglo XIX fue una época dorada para los experimentos y las innovaciones.

La lucha por la patente del teléfono

Así llegamos a la mañana del 14 de febrero de 1876, cuando dos personas diferentes patentaron un concepto muy similar de “telégrafo acústico”: Alexander Graham Bell y Elisha Gray, dos inventores que habían luchado entre sí anteriormente para ser los pioneros en varios inventos, ahora volvían a chocar.

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Aunque ambas patentes parecían tratar de lo mismo, la de Elisha Gray era mucho más completa, ya que especificaba el método para transmitir el habla con un transmisor de agua. La vibración de un diafragma provocaba que una aguja vibrase en el agua, y eso a su vez provocaba variaciones en la resistencia eléctrica y por tanto la transmisión de sonido. Este sonido sí era apto para el habla, a diferencia del modelo de Reis.

El propio Graham Bell no fue la persona que registró su patente, sino sus abogados. Eso es porque Bell ya había previsto la situación, y había pedido a uno de sus asociados que intentase la patente en Gran Bretaña y a sus abogados que la intentasen en EEUU, para tener todas las bases controladas.

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Otro detalle muy importante es que, aunque la patente de Elisha Gray era más completa, no tenía ningún prototipo funcional, y por eso tuvo que solicitar un periodo de un año para hacerlo realidad, algo común en la oficina de patentes estadounidense por aquel entonces.

Sin embargo, la patente de Bell fue concedida el 7 de marzo, y por eso, en cuanto este volvió al laboratorio el mismo día, trabajó sin descanso para conseguir un prototipo funcional que pudiese dejar claro que su patente era la buena, si se diese el caso de que Elisha Gray luchase contra su patente.

El día que se produjo la primera llamada telefónica

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Y apenas tres días después, el 10 de marzo de 1876, lo consiguió. Usando un transmisor líquido, muy parecido al de la patente de Gray, Bell dijo las palabras que se harían famosas:

“Señor Watson, venga aquí, quiero verle”

El señor Watson era Thomas Watson, su asistente que estaba en una habitación contigua y que pudo escuchar las palabras con total claridad. Lo habían conseguido, no sólo habían registrado la patente sino que habían demostrado que funcionaba, y desde entonces Alexander Graham Bell está considerado como el inventor del teléfono.

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Suya también fue la primera llamada de larga distancia, entre Nueva York y Chicago en 1892. Por aquel entonces sus inventos y su compañía lo habían hecho millonario, pero irónicamente en su vida privada el teléfono siempre le supuso una molestia, que le distraía de su trabajo como científico.

¿Plagió Bell la patente de Gray? Es posible, pero eso no quita que, de todas las personas que aseguraron haber inventado el teléfono, su modelo fue el primero que realmente cumplió con todos los requisitos para que podamos considerarlo como tal. Y sólo eso ya es un gran logro.

Sea como sea, cada vez que hagas una llamada, no tienes que agradecérselo sólo a Bell, sino a todos los grandes inventores que hicieron del siglo XIX la explosión de tecnología que fue.