Un hijo rebelde es la peor pesadilla de cualquier padre. Nunca están conformes, ni con la comida, ni con la ropa, ni las normas y, por supuesto, hacer los deberes no suele estar entre sus planes. Los castigos no los acobardan, es más, los hacen más fuertes y, como consecuencia, acaban con las fuerzas de hasta el más vital de los adultos.

Sin embargo, como os decía, no todo son contras. De hecho, según un estudio publicado recientemente en la revista Developmental Psychology, los niños rebeldes y contestones se convierten en adultos exitosos, con grandes trabajos y sueldos de ensueño. ¿Pero a qué se debe?

El estudio que demostró la relación entre éxito y rebeldía

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Lógicamente, si estos investigadores hubiesen decidido comenzar hoy a comprobar cómo influye el comportamiento de los niños en su éxito laboral durante la vida adulta, el estudio tardaría unas cuantas décadas en dar resultados. Por eso, optaron por buscar en los archivos del estudio MAGRIP, de Luxemburgo, que se realizó en 1968 con los datos de 3.000 niños de sexto grado.

Estos archivos contenían mucha información, desde resultados académicos hasta situación económica de la familia, pasando por un breve informe sobre su comportamiento, escrito por los profesores. Además, también contenían el cociente intelectual de los niños y las respuestas de un cuestionario que analizaba sus hábitos y sus habilidades sociales.

Al comparar los resultados del MAGRIP con la situación social y laboral de aquellos niños, casi cincuenta años después, descubrieron que la mayoría de aquéllos que habían sido rebeldes e inconformistas, llegaron a obtener posiciones laborales de gran responsabilidad y, sobre todo, muy bien remuneradas.

¿Cómo explica la psicología estos resultados?

La vida de niño parece fácil cuando la miramos desde la distancia, pero cuando somos pequeños lo que hoy en día nos parece nimio, para nosotros era un mundo. Conseguir que tu madre te dejara salir en Navidad sin esas medias que picaban tanto o que te permitiese levantarte de la mesa sin acabarte las lentejas era un durísima negociación que requería de todas nuestras dotes de persuasión y, sobre todo, de nuestro inconformismo.

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Aquellos niños que no se conformaron con las lentejas sin protestar, se han ido convirtiendo en adultos que no aceptan un trabajo por un sueldo cualquiera, profesionales que no están dispuestos a permitir que nadie les pise y, sobre todo, personas exitosas en la vida.

A pesar de todo, el estudio tiene dos claros contras. Por un lado, puede que lo que hace cincuenta años se considerase rebeldía no lo sea tanto según el estilo de vida menos estricta que tenemos hoy en día. Por otro, podría ser que las ventajas laborales obtenidas por estos niños rebeldes no se hayan conseguido de la forma más ética posible, de modo que no sería algo tan beneficioso.

Sea como sea, padres del mundo, no os desesperéis. Puede que vuestros hijos estén pulverizando vuestra paciencia, pero también puede que en unos años os compensen con un apartamento en Torrevieja. Es un buen consuelo.