De hecho, ya os contamos en un artículo hace unos meses que no existen cerebros femeninos o masculinos, sino una mezcla de ambos. Por eso, algunos estudios científicos se centran en demostrar que cada persona tiene sus propias habilidades, independientemente de su sexo. Éste es el caso de un grupo de neurobiólogos y psicólogos de CogniFt España, que ha demostrado que las mujeres también podemos entender los mapas.

¿En qué consiste la percepción espacial y qué tiene que ver con los mapas?

Estos científicos realizaron a una serie de voluntarios un conjunto de pruebas que evaluaban sus capacidades de percepción espacial. Con esto nos referimos a la capcidad de crear una imagen mental del medio, pudiendo rotarlo o modificarlo según nos convenga para dirigir nuestros movimientos. Tanto hombres como mujeres desarrollan esta capacidad en su plenitud entre los 25 y los 34 años, sufriendo un pequeño deterioro después, como ocurre con otras habilidades cognitivas, que también decaen con la edad.

Esta visión espacial puede ser bidimensional o tridimensional, según si sólo se tiene en cuenta el ancho o el alto o si, por el contrario, también se introduce el volumen (tercera dimensión).  Los mapas son espacios bidimensionales, mientras que la orientación in situ o, por ejemplo, la habilidad para aparcar, requieren visión tridimensional.

Los resultados de las pruebas: las mujeres entienden los mapas perfectamente

Como os decía, estos científicos realizaron una serie de pruebas a un conjunto de hombres y mujeres, para estudiar su visión espacial, tanto bidimensional como tridimensional. Comprobaron que, en el caso de la percepción en dos dimensiones, las mujeres; no sólo no fueron peores, sino que estuvieron levemente por encima de los participantes masculinos. Por lo tanto, no existen diferencias relevantes en la capacidad para comprender los mapas de hombres y mujeres.

Por el contrario, sí que es cierto que los hombres mostraron ser un poco mejores en pruebas de visión tridimensional. La causa de estos resultados podría estar explicada evolutivamente, ya que nuestros antepasados masculinos tenían que salir a cazar para alimentarse, mientras que las mujeres se quedaban cuidando a la descendencia, de modo que ellos necesitaban orientarse mejor en el lugar en el que estaban.

Sin embargo, que los hombres sean un poco mejores no quiere decir que las mujeres sean malas. Las mujeres también dieron buenos resultados; que, simplemente, estaban un poco por debajo de los de sus compañeros. Por eso, es una locura aceptar a un hombre en un trabajo que requiera este tipo de habilidades cognitivas alegando únicamente que ellos son mejores. Lo importante es evaluar las capacidades de cada candidato de forma individual, sin prejuicios de género. Y si no lo hacéis así no pongáis a la ciencia de excusa. Ya habéis comprobado que la ciencia no respalda ese tipo de cosas.

Vía: Infosalus