Ya sea por haber pasado el día entero inclinados sobre el teclado del ordenador, o bien por la tensión acumulada en el cuerpo durante épocas de estrés, casi todos hemos hemos sidos alguna vez víctimas de las molestas contracturas musculares. Se trata de “nudos”, también conocidos como puntos gatillo miofasciales (PGM), que son considerados, tal como indica su propio nombre, unos puntos dolorosos situados en los músculos. Eso sí, no debemos confundir estos nudos con las agujetas, correspondientes al típico dolor muscular que aparece un día o dos después de hacer ejercicio. En cualquier caso, los expertos aún están intentando ponerse de acuerdo para explicar la aparición de las contracturas y qué podemos hacer para remediarlas.

La molesta tensión de los nudos musculares

La sensación física de un nudo muscular parece ser medible, y a veces se encuentra vinculada a un dolor intenso y continuo. Al menos, así ha sido confirmado según las imágenes obtenidas por elastografía, una forma de resonancia magnética que permite a los investigadores examinar los tejidos blandos como los músculos. En estas imágenes a menudo se detectan ciertos patrones en forma de V, los cuales corresponden a pequeños nódulos situados justo en los puntos donde se produce el dolor muscular (especialmente en la zona del cuello). Se piensa que el origen de estos nódulos se remonta a los llamados nervios hiperactivos, los cuales envían cantidades excesivas de señal química, haciendo que los músculos acaben contrayéndose. Estos músculos fuertemente tensados impiden el flujo normal de la sangre a través del tejido muscular, lo que explicaría por qué duelen tanto.

En la mayoría de los casos, los tratamientos como masajes o fisioterapia, o el uso de anestésicos, han demostrado ser eficaces para conseguir la relajación del tejido, restaurando el flujo sanguíneo normal y reduciendo la percepción del daño. Sin embargo, en algunos estudios en los que se aplicaron medicamentos con el objetivo de reducir la contracción excesiva de los músculos, éstos no lograron hacer desaparecer el dolor que experimentaban los pacientes. De hecho, también se han registrado casos donde los remedios recomendados fueron apenas mucho más eficientes que un placebo.

Nudos musculares, clave del dolor crónico

Es difícil ofrecer una solución única y lo suficientemente segura para el problema de las contracturas musculares, debido a que no existe unanimidad en cuanto a qué son y por qué se producen. Lo que un grupo de investigadores podría considerar como nudo muscular, podría no coincidir con la idea de un segundo grupo que estudie estas incómodas contracturas. Por eso resulta tan complicado comparar los resultados de los experimentos que se llevan  a cabo.

Al menos, hay un aspecto en el que los científicos parecen ponerse de acuerdo: entendiendo cómo funcionan estos puntos gatillo, pueden comprenderse otros trastornos asociados al dolor crónico, como la fibromialgia o las molestias musculares generalizadas. Para poner fin a dichos problemas, es importante averiguar la verdadera causa de las contracturas; de dónde salen esos molestos nudos y cómo podemos deshacernos de ellos.

Fuente | JBMT