La mensajería instantánea ha revolucionado el campo de las comunicaciones. Saber que estás haciendo en cuestión de segundos y de forma cómoda y en la mayoría de casos gratuita. Queramos o no, nuestra conducta social ha ido incorporando este cambio con poca delicadeza, ya que en apenas unos años las comunicaciones han evolucionado desde las cartas hasta el Whatsapp, pasando por el teléfono y los SMS.

Pero esta ventaja en las comunicaciones tiene sus pros y sus contras, y sobre todo cuándo hablamos de una relación. Por una parte podemos compartir con esa persona fotos, vídeos, y textos al momento, y en casi cualquier parte. Pero por otra parte, cada persona es un mundo, algunas son más celosas que otras, más atentas, e incluso más pesadas, por lo que el contenido de estos mensajes y la frecuencia con la que los enviamos puede llegar a perjudicar nuestra relación.

Los investigadores Lori Schade, Jonathan Sandberg, Roy Bean y Sarah Coyne realizaron un estudio para determinar cuales eran los mensajes que mejor afectan a nuestra relación, y los que pueden llegar a suponer la ruptura. De esta forma, determinaron que debe existir 5 mensajes positivos o interacciones positivas por cada sentimiento o acción negativa.

Ya que no podemos predecir la forma en la que sutilmente ‘la cagamos’ en una relación, aquí os dejo 5 mensajes que afectarán de forma positiva vuestra relación.

1. Cumplidos

• “Admiro tu entusiasmo”
• “Tienes la mejor sonrisa del mundo”
• “Es increíble como compaginas el trabajo y cuidar a los niños”
• “Eres el/la mejor cocinero/a”

Los cumplidos son a veces la mejor recompensa. Nos ayudan a comprender que la tarea que realizamos tiene más valor del que pensamos, y nos hacen sentir necesarios. Debemos elegirlos con cuidado, utilizarlos bajo su contexto de forma que no parezca que lo estamos diciendo por obligación.

 2. Agradecimientos

• “Gracias por venir con mis amigos aunque estuvieses cansado/a”
• “Gracias por hacer la comida”
• “Gracias por ser como eres”

¡Agradecer es gratis! No sólo valora el esfuerzo de la otra persona, sino que además ayuda a uno mismo a valorarse. El agradecimiento nunca está de más, pero sí de menos, así que aprovechar para agradecer en su ocasión y no arrepentirte.

3. Recurrir a vivencias y recuerdos juntos

• “Ayer me lo pasé genial”
• “¿Te acuerdas cuándo fuimos al campo y nos reímos tanto?”
• “Ojala este fin de año sea como el anterior”
• “Me encantó el detalle que tuviste con mi madre la semana pasada”

Quién diga que el pasado solo es pasado se equivoca, pues forma parte de nuestro presente y futuro, ocasionalmente en el de nuestra relación. Tampoco es ponerse nostálgicos, pero recurrir a un evento o experiencia que nos gustó en el pasado con esa persona tendrá en un efecto positivo en ambos, y quizás nos ayude a repetirlo.

4. Preguntas absurdas y curiosas

Mi favorito sin duda. La mejor forma de escapar de la rutina es dejar a nuestra mente pensar en algo poco posible y mágico, y para ello lo mejor es formular una pregunta absurda o curiosa, que nos lleve a pensar y debatir la respuesta. Hay que dejar volar la imaginación y ser originales, sin parecer un/a rarito/a claro está.

• “¿Cuál es tu personaje favorito de Star Wars?”
• “Si tuvieses que elegir una ciudad para vivir, ¿con cuál te quedarías?”
• “¿Qué te gusta más, el pimiento o el huevo duro?”

5. El humor no debe faltar

Hasta la persona más seria en la faz de la tierra necesita un poco de humor en su cuerpo. Aprovecha que tu eres su pareja para saber cuales son sus gustos humorísticos, comparte con esa persona imágenes graciosas, noticias e incluso artículos que puedan sacarle una sonrisa. Por suerte no a todo el mundo le gustan y hacen gracia las mismas cosas, así que demuestra que conoces bien a esa persona.

• “Es asombroso el parecido que hay entre el protagonista de Shrek y tú”
• “La ropa que me compré me hace parecer un calabacín pero me encanta”
• “[Fotos de tu gato]”

Recordad que todos estos consejos no deben ser interpretados a raja tabla. Somos nosotros y nuestra personalidad la que nos ayudan a mantener la llama de nuestra relación.

Fuente | Erin Leyba