Xerox PARC ha ideado un chip que se autodestruye como un método más para evitar robos de datos.

Estamos acostumbrados a ver la autodestrucción de material como algo propio de películas de espías, pero la verdad es que es un campo en el que cada vez se está trabajando más.

En un mundo en el que la información es tan valiosa, tener un método infalible para deshacerse de ella es igual de importante; en este sentido avanzan proyectos como el chip de silicio que se disuelve en agua.

El chip que se autodestruye no deja datos que robar

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El proyecto que ha sido anunciado ahora es algo más espectacular. Ha sido desarrollado por Xerox PARC como parte de un programa montado por la agencia estadounidense DARPA; la diferencia es que no tenemos que tocar directamente el chip para autodestruirlo. Sólo tenemos que mandarle la orden por láser, un mecanismo o una señal de radio, y el chip acabará hecho añicos en un instante.

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El método usado es curioso. Xerox ha embebido el chip en una estructura de cristal basada en Gorilla Glass, sí, el mismo que tienen muchos smartphones para proteger la pantalla. El cristal se calienta hasta que llega a un estado de estrés térmico. El chip puede estar en este estado hasta que se activa un circuito; este calienta un resistor, y es ese calor en el interior del cristal el que acaba provocando que se rompa en miles de trozos; incluso varios segundos después los pequeños trozos siguen rompiéndose solos por el estrés.

Lo malo es que la cantidad de datos que podríamos almacenar en un chip semejante no es muy grande, pero en realidad no es necesario. Un posible uso es almacenar nuestra llave de cifrado en este chip y usarla para descifrar los datos almacenados en un sistema o servidor; esto obligaría al atacante a robar la llave, que se autodestruiría en cuanto la alarma saltase.