IBM ha desarrollado un sistema que predice con alta precisión la polución del aire en ciudades para ayudar a luchar contra la contaminación.

China tiene un grave problema de contaminación, no todo el país, pero sí las ciudades que acogen decenas de industrias y factorías. En el caso de Beijing, la capital está rodeada de fábricas y, junto a los miles de transportes que se realizan cada día, aumentan considerablemente la contaminación del aire.

Eso sí, la polución del aire también depende de otros factores, como las condiciones climáticas o el nivel de producción. Ahora, los investigadores de IBM están probando un sistema de análisis de datos a gran escala que puede predecir el nivel de contaminación en el aire con hasta 3 días de antelación.

Con un complejo sistema de computación y análisis, IBM puede ofrecer a las autoridades recomendaciones para controlar la polución en días de máximo nivel, mediante la predicción de la contaminación en distintos puntos de la ciudad hasta 72 horas antes.

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El análisis de datos permite tomar medidas en días de máxima contaminación

Uno de los responsables del proyecto asegura que los investigadores están tratando de alcanzar plazos mayores de predicción (hasta 10 días). Bajo el nombre de Green Horizon y utilizando la tecnología que IBM apoda “cognitive computing” (usar cantidades ingentes de datos que permiten a las máquinas aprender y adaptarse), esperan llevar este sistema a otros países donde la contaminación es un problema cada vez mayor.

Así, por ejemplo, si se determina que en los siguientes días la polución va ser muy alta (pero de lo que es normalmente) debido a las condiciones ambientales o cualquier otro factor, se podría cerrar/restringir el tráfico en la ciudad o limitar la producción de algunas industrias.

Todo sea por combatir la pobre calidad del aire que se respira en esas ciudades, ya que China se ha comprometido a mejorarla en un 10% para 2017. Según un reciente estudio, de 360 ciudades analizadas, 351 superan los niveles que China considera adecuados y están 2.5 veces por encima del limite recomendado por la Organización Mundial de la Salud.