Tecnología

El efecto Meissner o cómo volarán los coches del futuro

9 junio, 2015 10:33

Los coches voladores son uno de los elementos futuritas más recurrentes de la ciencia ficción. Puede ser por la sensación de poder que da volar, por la comodidad y el ahorro de energía que supondría o simplemente porque nadie mola más que el que va en coche volador; el caso es que los coches voladores son un algo que no falta en ninguna sociedad futurista. A día de hoy no tenemos coches voladores pero sí que sabemos cómo conseguirlos: utilizando el efecto Meissner.

Ya vimos hace unos meses cómo conseguían hacer levitar gotas de agua o incluso una rana utilizando imanes y superconductores. En ese caso se utilizan materiales diamagnéticos (los más comunes) que tienen la propiedad de repeler los campos magnéticos exteriores. El efecto Meissner es lo que sucede cuando tenemos un material diamagnético perfecto, un superconductor, dentro de un campo magnético intenso.

¿Por qué ocurre el efecto Meissner?

Para entender el efecto Meissner tenemos que entender la superconductividad. La superconductividad es el proceso físico por el cual a una cierta temperatura (muy baja) un material deja de ofrecer resistencia al paso de la corriente eléctrica. Son el conductor perfecto, pueden ser atravesados por grandes cantidades de electricidad sin pérdida de energía. Esto ocurre por la creación de los pares de Cooper.

Los pares de Cooper son cuasipartículas que surgen de la interacción neta positiva entre los electrones, es decir, es como si los electrones se atrayeran por pares. Estos pares se comportan como bosones y sus propiedades dan lugar a estos extraños superconductores. El resultado es que los superconductores expulsan completamente el campo magnético que crearía un imán en su interior. En la imagen podéis ver esto en una impresión artística.

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Para qué sirve el efecto Meissner

Esta repulsión del campo magnético hace que una vez configurado el sistema imán-superconductor, el superconductor mantendrá su posición respecto al campo magnético, se produce la levitación como resultado del efecto Meissner. La parte más interesante es que el superconductor se encuentra bloqueado en una posición del campo magnético. Esto significa que aunque movamos el imán, el superconductor se mantendrá en la misma posición respecto a esto.

Quizás la conexión entre el efecto Meissner y una sociedad con coches voladores no es evidente, pero viendo el vídeo sobre estas líneas os quedará bastante más claro. El superconductor está “atado” a un punto del campo magnético, pero se desplaza sin rozamiento (apenas) por los puntos equivalentes, es decir, por los puntos en los que el campo magnético sea similar. Esto permite construir carreteras que guíen los coches gracias al efecto Meissner.

Además de lo “molón” de  conducir un coche volador, una carretera que aprovechara el efecto Meissner permitiría que el coche siguiera el trazado de las curvas sin necesidad de que actuemos salvo en los cruces. Y todo esto sin posibilidad de fallo de circuitos electrónicos. Y además para viajar haría falta únicamente un impulso incial y otros pequeños impulsos cada pocos kilómetros, lo que reduciría el consumo de combustible (incluso con la eficiencia actual).