El desarrollo del que os hablamos hoy no es un smartphone, ni un ordenador, ni siquiera un coche futurista; es algo más importante, porque afecta a nuestro sustento, a nuestra comida, con la granja del futuro.

Sólo podemos responder al problema del aumento de población mundial de una manera: aumentando la producción de comida. Pero esto puede ser mucho más difícil de lo que parece, sobre todo si seguimos dependiendo de técnicas de cultivo con miles de años de historia.

Por eso en el último año están apareciendo nuevos desarrollos que aprovechan los últimos descubrimientos y tecnologías para crear la granja del futuro, que aumente la productividad sin aumentar la cantidad de espacio ocupado ni las materias primas necesarias.

La granja del futuro está en la ciudad

Hace un año os hablábamos de uno de estos proyectos, que aprovechaba un edificio de Sony para experimentar con las granjas verticales que no tienen necesidad de luz solar, y aunque las cifras de producción eran prometedoras los detalles eran escasos.

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Ahora una granja similar en los Países Bajos ha revelado cómo está haciendo algo similar, con el objetivo de integrar las granjas en las ciudades, en vez de que estén en las afueras. Esto tiene muchas ventajas, no sólo el producto no tiene que recorrer largas distancias y está protegido de las inclemencias del tiempo, sino que la productividad aumenta.

El proyecto se llama Brightbox, y es una granja creada por PlantLab y Philips completamente cerrada a la luz del sol; en vez de eso usa luces LED. No sólo eso, sino que ni siquiera usa tierra, sino que las plantas están situadas en bandejas dispuestas una encima de la otra para ahorrar espacio. Sólo reciben una mínima cantidad de agua.

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En el proyecto trabaja Philips, que se ha encargado de desarrollar luces LED que fomenten el crecimiento de las plantas, que por el momento son lechugas, fresas y varios tipos de hierbas. Descubrieron que este tipo de plantas crece más rápidamente bajo luces rojas y azules, en vez de recibir todo el espectro visual del sol.

Jugando con las longitudes de onda que reciben las plantas, todavía no han encontrado una planta en la que no hayan conseguido mejorar el crecimiento, aunque como reconocen, el problema no es tanto encontrar lo que quiere la planta, sino si el coste de proporcionárselo merece la pena.

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Tal vez por eso por el momento los primeros clientes de estas granjas sean restaurantes de lujo y tiendas que buscan productos de gran calidad que ni siquiera hace falta lavar para comer, aunque hay que decir que sólo estamos en los inicios de este método de cultivo.