El ser humano es capaz de hacer cosas increíbles, como crear auténticas obras de arte, empezar a comprender el origen del Universo, poner un pie en la Luna, etc.; pero también tenemos otra habilidad especial que nos caracteriza sobremanera: la capacidad de dejar basura allá por donde vamos.

Parafraseando a Carl Sagan, acabamos de empezar a adentrarnos en las orillas del vasto océano cósmico. Hace tan solo unas décadas, en 1957, la histórica puesta en órbita del satélite Sputnik dio el pistoletazo de salida a la era espacial. Desde entonces, hemos lanzado al espacio numerosos satélites, muchos de los cuales nos facilitan nuestra vida cotidiana aunque no solamos pensar en ello.

Sin embargo, cada vez se acumula más basura espacial alrededor de nuestro planeta. Se ha llegado a un punto en el que la comunidad científica internacional se está preocupando más con el paso del tiempo. Fruto de esta preocupación han surgido una serie de proyectos con el objetivo de encontrar un remedio a este serio problema.

La basura espacial, un auténtico problema

Según United States Space Surveillance Network, hay más de 21.000 objetos con un tamaño mayor de 10 cm dando vueltas alrededor de la Tierra. Asimismo, se estima que hay más de 500.000 trozos con un tamaño comprendido entre 1 y 10 cm. Muchos de estos objetos se crean debido a colisiones entre ellos.

Aunque a ciencia cierta no sabemos cómo se van a incrementar estas cifras con el tiempo, algunos científicos pronostican que si no somos muy cautelosos, es posible que en un futuro los lanzamientos espaciales sean toda una odisea para esquivar cada uno de los trozos sueltos que está a la deriva en torno a nuestro planeta.

De hecho, la basura espacial ha supuesto más de un susto en las misiones espaciales. Por ejemplo, en numerosas ocasiones la Estación Espacial Internacional ha tenido que alterar su trayectoria para evitar impactar con pedazos que flotaban por las cercanías. Estos objetos viajan bastante rápido, de ahí que aunque sean muy pequeños, puedan perforar fácilmente lo que encuentren a su paso.

Llegado a este punto, es inevitable acordarse de la famosa película Gravity, en el que los protagonistas fueron sorprendidos por un enjambre de escombros que se dirigían hacia ellos. Eso sí, con mucho tinte de dramatismo, típico de una película de ciencia ficción.

¿Hay alguna solución para eliminar la basura espacial?

Todavía no existe una solución definida que ataje de raíz este gran problema. Por ahora, lo único que se puede hacer es intentar dejar los mínimos restos posibles en el transcurso del lanzamiento. Los restos se pueden desviar a una órbita que no suponga ninguna molestia, o bien disminuir la altura del objeto para que se desintegre en la reentrada atmosférica.

Por otro lado, se han ideado proyectos como e.Deorbit, creado por la Agencia Espacial Europea, en el que se está estudiando posibles mecanismos de remolque, entre los que destacan la utilización de brazos robóticos, tentáculos, redes (como en la imagen superior) o rayos de iones. Para ello, se lanzaría una flotilla de satélites diseñados para capturar estos objetos, con algunos de los mecanismos anteriormente mencionados, y llevarlos a una zona segura donde no vayan a dar más quebraderos de cabeza.

Esperemos que este proyecto, que aún está en sus inicios, siga adelante y nos permita resolver este asunto.