Gracias a la sonda Messenger sabemos hoy mucho más sobre Mercurio que antes, pero lamentablemente su vida útil terminará estrellándose contra el planeta que estudió.

La sonda MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry, and Ranging), pegó el salto a la fama cuando descubrió hielo y material orgánico en Mercurio; este planeta es de difícil observación debido a su cercanía con el Sol y por eso guardaba muchos misterios.

Misterios que la Messenger a ido resolviendo poco a poco, abriendo nuevos por el camino. Sin embargo, su misión dará a su fin cuando el próximo 24 de Abril se le termine el gas helio que le sirve para propulsarse y no pueda hacer más maniobras.

El final de la sonda Messenger

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En ese momento la gravedad de Mercurio hará el resto del trabajo y atraerá a la sonda hasta que ésta se estrelle contra su superficie a 3.91 km/segundo, en el lado contrario al que da la cara a la Tierra.

Esto probablemente ocurrirá el 30 de Abril, pero debido a la localización prevista del impacto los telescopios no podrán capturarlo. Será un final triste para una misión que empezó con un arduo viaje de seis años y medio desde la Tierra hasta Mercurio.

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Aunque inicialmente la misión iba a durar un año terrestre, la sonda pudo continuar funcionando durante cuatro años;  como suele pasar con aparatos con unos estándares en la fabricación tan buenos como los de la NASA.

No es un logro pequeño teniendo en cuenta que el lado de la sonda que da al Sol alcanza temperaturas de 300 ºC mientras que los componentes en su sombra tienen una temperatura de 20 ºC, gracias a la protección desarrollada por los ingenieros y científicos.

Decimos adiós por tanto a una sonda que nos descubrió la presencia de hielo en Mercurio, en las zonas con sombra permanente como cráteres producidos por cometas, la probable procedencia de ese agua.