Luchar contra el SIDA puede ser muy difícil en determinadas zonas por una razón: los pacientes ni siquiera saben lo que es o si lo tienen.

Como casi siempre, el motivo detrás de esto es la falta de dinero; los esfuerzos de las ONGs y de los países solo pueden llegar hasta cierto punto, y diagnosticar a parte de la población en algunas zonas de África, por ejemplo, puede ser muy caro debido al material y a los dispositivos necesarios para hacer diagnósticos fiables.

Un nuevo estudio ahora promete abaratar este proceso, usando para ello la capacidad de procesamiento que ya llevamos en el bolsillo: los smartphones.

Un gran avance para detectar el SIDA

Científicos de la Universidad de Columbia han ideado un accesorio que podemos acoplar a un móvil para añadirle funcionalidades analíticas.

El dispositivo ya ha sido probado en Ruanda, donde fue capaz de detectar la presencia del virus del VIH y de anticuerpos relacionados con la sífilis; todo ello simplemente a partir de gotas de sangre extraídas de mujeres embarazadas.

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El dispositivo en sí sólo cuesta 34 dólares, está fabricado en plástico y ocupa mas o menos lo mismo que un smartphone. Para funcionar necesita recambios en forma de cartuchos que apenas cuestan unos céntimos; ahí es donde el personal de enfermería suelta la gota de sangre para que produzca una reacción química.

En el cartucho hay nanopartículas de oro que se unen a ciertos anticuerpos presentes en la sangre cuando el paciente está infectado por un virus en particular; a continuación una película de plata atrapa esas partículas.

Cuando el dispositivo emite luz sobre la muestra la película de plata la bloquea, pudiendo así contar la cantidad de partículas y por lo tanto anticuerpos presentes en la gota de sangre. Estos datos se cargan en el smartphone.

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Según el porcentaje de anticuerpos es posible diagnosticar el VIH y la sífilis; es un tipo de prueba ya conocido pero que hasta ahora necesitaba de equipamiento de laboratorio demasiado caro para las zonas mas desfavorecidas.

El siguiente paso es realizar estudios más amplios, así como buscar más aplicaciones y usos para estos dispositivos y los smartphones que puedan reducir incluso más los costes.