Hay veces que la ciencia consiste en ver mas allá de lo establecido, de ampliar nuestras miras, de explorar lo inexplorado y de buscar el motivo detrás de los fenómenos que rigen nuestra vida. Y hay veces que la ciencia consiste en emborrachar pajaritos.

Pájaros con una copa de más

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Aunque parezca que los científicos de la Universidad de ciencia y salud de Oregón tenían mucho tiempo libre, en realidad se trataba de un experimento que puede ayudar a comprender la comunicación no solo de los pájaros, sino también de los humanos. En el experimento los científicos mezclaron zumo con 6.5% de alcohol, y la primera sorpresa fue cuando vieron que los pájaros no rechazaban la bebida y se la tomaban con buen gusto.

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La especie elegida, el pinzón cebra (también conocidos como mandarín), fue elegida porque se sabe que su canto está dividido en sílabas con estructuras específicas, por lo que era fácil comparar el antes y el después de la ingesta de alcohol. El resultado fue su canto empeoró de la misma manera que empeora el nuestro cuando nos tomamos unas copas de mas; los animales se piensan que están cantando como de costumbre pero la realidad es bien distinta.

Curiosamente el efecto del alcohol en la capacidad del habla no ha sido estudiado en profundidad; pero gracias a las similitudes entre el canto de los pájaros y el habla humana (compartimos el mismo gen que se encarga de ambas cosas) se esperan varios avances en este sentido. El siguiente paso es comprobar si la ingesta de alcohol impide el aprendizaje.