Es inevitable: tarde o temprano alguien querrá meter un apéndice en algo, y siempre habrá alguien al lado dispuesto a facilitarle las cosas por una módica cantidad. Por eso es inútil luchar contra los robots diseñados con finalidades… lascivas, y la industria ya está trabajando a marchas forzadas para ofrecérnoslos.

Robots con una utilidad muy clara

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El artista César Vonc ha imaginado cómo serán los robots que nos acompañen en las frías noches solitarias, y la verdad es que llegan a asustar. Se trata de una representación de lo que sería una persona, pero con un interior mecanizado que se asegura de ofrecer las mejores sensaciones; incluso tiene útiles indicadores por si no sabemos muy bien hacia dónde apuntar. También es bueno saber que tenemos que lavarlo a mano.

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¿Llegarán a tener éxito este tipo de robots? La clave está en evitar el llamado “valle inquietante”, ese momento en el que un robot es demasiado realista como para considerarlo un juguete y no lo suficiente como para confundirlo con una persona; la interpretación de Vonc juega con este equilibrio, con detalles que dejan claro que no estamos ante un ser humano pero con funciones como los órganos internos que simulan el calor y el movimiento.

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¿Usaríais alguno de estos robots?