El picor, resumiendo mucho, es como un tipo de dolor suave o pequeño. El dolor es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo, aunque muchas veces no lo parezca.

Imaginad que tenemos un fuego encendido y sin darnos cuenta ponemos la mano encima. Si no sintiésemos dolor se nos quemaría sin enterarnos, pero al notar el dolor la retiramos y evitamos un susto mayor.

El picor funciona de una forma similar. Cuando se produce un pequeño estímulo sobre nuestro cuerpo como la caída de una mota de polvo, la picadura de un pequeño insecto, un pelo que se posa sobre nuestra piel, etc., nuestros receptores lo captan y nos avisan de que hay algo que no debería estar ahí.

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La reacción inmediata de defensa es

Sin embargo los estudios más recientes han descubierto que el mecanismo del picor actúa por separado al del dolor, con su propia conexión con el cerebro. Aunque los resultados sean iguales, parece ser que funcionan por separado, y el picor lo hace gracias a la molécula BNP liberada por la médula espinal.

Pero la moraleja de la historia es que, al fin y al cabo, el picor no es más que otro mecanismo de defensa de nuestro cuerpo, tan inteligente y bien diseñado como todos los que crea la madre naturaleza.