¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar con la integración de la tecnología en el ser humano? Ya llevamos encima muchos dispositivos y con la popularización de los wearables estos están mas cerca nuestra que nunca; así que el siguiente paso es el lógico, llevar la tecnología dentro de nuestro cuerpo. Al menos esa es la idea que ha seguido Martijn Wismeijer, un holandés fanático de Bitcoin que se ha implantado chips NFC en sus manos en los que lleva sus valiosas monedas virtuales.

Con el dinero a cuestas

En concreto tiene dos chips NFC, uno en cada mano, envueltos en una cápsula de cristal de doce milímetros de largo y dos de ancho e inyectados en la zona entre el dedo índice y el pulgar; curiosamente para la operación tuvo que recurrir a un salón de piercings ya que su médico se negó a ello, aunque Wismeijer no se lo echa en cara. Al fin y al cabo estos chips no tienen uso médico y son un objeto extraño en su cuerpo. Pero también es cierto que él no es el único que ha pensado en esto, ya que consiguió los chips y la jeringa por Internet, donde algunas páginas venden el paquete completo por 99 dólares.

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Con los 880 bytes disponibles en cada mano, Wismeijer ha encontrado dos utilidades. Con una mano puede compartir rápidamente su información de contacto, solo con ponerla cerca de un teléfono con NFC; lo interesante está en la otra mano, donde guarda la clave privada de su cartera de Bitcoins. De esta manera se asegura de que solo él tiene acceso a la clave, algo muy importante teniendo en cuenta que es el CEO de Mr. Bitcoin, una empresa que ha montado cajeros automáticos de la moneda virtual en Bélgica y Holanda.

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Como medida de seguridad, su sistema requiere que un número determinado de personas presente su clave privada antes de realizar grandes operaciones en su cartera maestra. Suena de película, pero al tener su clave en la mano Wismeijer se asegura de que no se realizan operaciones extrañas sin su consentimiento. No es la única utilidad que le ha encontrado, aunque son mas mundanas como abrir la puerta de su casa solo con coger el picaporte. ¿Os atreveríais a implantaros algo similar para conseguir esa comodidad en vuestra vida diaria?

Fuente | Ars Technica