Mientras que varios proyectos privados hablan de viajes baratos a órbita, la NASA está pensando en ir mas allá, y pronto. Todo el mundo sabe que tarde o temprano llegaremos a Marte, pero para la agencia espacial es mejor lo segundo y para conseguirlo necesitará un cohete que sea capaz de levantar un gran peso para iniciar el largo viaje por el espacio. Hace unas horas ha presentado la versión final de ese cohete, que ya conocíamos de pasada, el Space Launch System (SLS), el mas potente de la historia. Con semejante título era de esperar que su diseño sufriese especialmente los ojos críticos de los científicos, un análisis pormenorizado que finalmente ha terminado con la aprobación del proyecto.

El cohete hacia el futuro

El SLS es de vital importancia para el futuro de la NASA y la exploración espacial, ya que será el cohete que lleve a los primeros astronautas que pisen el suelo de Marte. Pero antes, hay que construirlo y aquí es donde se pueden encontrar problemas. Aunque inicialmente el viaje inaugural estaba previsto para Diciembre de 2017, todo apunta a que se retrasará un año, aunque la agencia afirma que el retraso no irá mas allá de Noviembre de 2018. En este vuelo inicial el SLS será capaz de llevar una carga de 70 toneladas, mientras que se espera que la versión final sea capaz de llevar 130 toneladas.

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Esa versión final será la que será usada en la década de los 2030 para mandar seres humanos a Marte, un desafío al que hay que enfrentarse por etapas. La otra pieza del puzle es la nave Orion que será la que aloje a los astronautas, aunque esa no será la única utilidad del SLS. Hasta que se inicie la conquista de Marte este cohete será muy útil para el lanzamiento de satélites y naves con misiones científicas que en la actualidad no tienen ninguna opción comercial para ser ejecutadas.

Por supuesto, todo esto tiene un precio; se calcula que desde Febrero de este año hasta el lanzamiento inaugural el SLS el coste total superará los 7.000 billones de dólares (sí, con b). Por eso no es de extrañar que la NASA sufra cierta presión de parte de algunos contribuyentes y políticos, y de ahí la necesidad de conseguir un lanzamiento exitoso en 2018 que abra la puerta a Marte.

Fuente | NASA