No hay nada mas interesante que abrir en canal un dispositivo moderno y encontrarse con las placas, microchips, cables y todo tipo de ingenios que hacen que ocurra “la magia”. También te puedes encontrar “sorpresas”, como la que se han encontrado en la famosa web iFixit cuando abrieron la segunda versión para desarrolladores del Oculus Rift: la pantalla del Samsung Galaxy Note 3. Y no me refiero a que en Oculus han usado la misma tecnología o que Samsung se ha encargado de las pantallas, sino que literalmente hay una pantalla del Note 3 dentro del Rift, con panel frontal y todo. Incluso han dejado conectado el controlador de la pantalla táctil, aunque no sirve para nada en el Rift.

Sorpresa inesperada

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Está claro que, en vez de desarrollar su propia pantalla, en Oculus han decidido que para un lanzamiento tan reducido es mas barato desmontar la de otros dispositivos; es una solución típica de un desarrollo independiente, no de una startup que ahora es propiedad de una de las compañías mas poderosas del planeta. Ojo, no hay nada de malo en esta decisión por dos razones: la primera es que no se trata de un producto para el gran público, y probablemente la versión final tendrá una pantalla única para el dispositivo. Segundo, la pantalla cumple las especificaciones prometidas, entre ellas la frecuencia de refresco de 75 Hz, aunque para conseguirla hayan tenido que “overclockear” la pantalla ya que esta originalmente solo tiene una frecuencia de 60 Hz.

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Teniendo en cuenta que solo se fabricarán 45.000 unidades de esta segunda versión del Rift, es normal que se haya tomado esta decisión, y mas aún si recordamos el acuerdo que tiene con Samsung. Esto también significa que en el modelo que acabe vendiéndose al público la pantalla probablemente sea de Samsung.

Fuente | iFixit