Poder estirar el brazo y conseguir cualquier tipo de fruta que se nos ocurra parece una idea salida de cualquier obra de ciencia ficción, y mas incluso si todas parten del mismo árbol; eso es lo que se propuso el escultor Sam Van Aken cuando se enteró de que un huerto de agricultura experimental en Nueva York iba a ser cerrado por falta de fondos. El huerto contaba con todo tipo de ejemplares de árboles de fruta, algunos de ellos con hasta 200 años de vida; cerrarlo hubiera supuesto que muchas de estas especies se extinguiesen y tirar por la borda todo el trabajo para reunirlas. Fue entonces que a Van Aken se le ocurrió la asombrosa idea de integrar todas las especies en un solo ejemplar.

Un árbol único

El resultado es un árbol capaz de producir 40 frutas diferentes; para conseguirlo, Van Aken tuvo que estudiar las 250 variedades que tenía disponibles y desarrollar una línea del tiempo dependiendo de lo que tardase cada una en florecer, para a continuación injertar cada ejemplar en una raíz del árbol base. Una vez que el árbol cumplió dos años añadió mas variedades como ramas separadas con la técnica del injerto de yema. Después de cinco años de duro trabajo, el árbol de cuarenta frutas fue terminado.

Hasta ahora ha conseguido crear quince mas usando la misma técnica, y estos han acabado en museos, comunidades y colecciones particulares, y se planea que pronto lleguen a una ciudad por determinar. Solo por la idea de dar tantos tipos de fruta es un espécimen llamativo, pero cuando realmente da la nota es en primavera, cuando las ramas de diferentes especies florecen ofreciendo una visión única.

Fuente | Sam Van Aken | Science Alert