No hace falta decir que la creación de robots ha ido perfeccionando con los años. Pero lo que destaca de esta vez no es la precisión de la máquina en si misma, sino sus componentes y la forma de controlar estos mini-robots biológicos. Gracias a los ingenieros de la Universidad de Illinois, se ha logrado crear una clase de bio-bots que funcionan gracias a células musculares controladas mediante impulsos eléctricos, ¡impresionante!

Llegan los bio-bots

musclepowere

Este trabajo de investigación, publicado en Proceedings of the National Academy of Science abre la puerta a una nueva forma de controlar robots, y por supuesto también para fabricarlos, pues el hecho de poder usar células vivas y poder controlarlas a voluntad es toda una proeza, como bien sabe Rashid Bashir, lider del estudio.

Cabe destacar, por otra parte, que este grupo de científicos ha sido pionero en el diseño y construcción de estos bio-bots de menos de un centímetro de tamaño fabricados a partir de hidrogeles flexibles impresos en 3D junto a células vivas de músculo esquelético que pueden ser controladas a su voluntad gracias al uso de impulsos eléctricos (algo que sucede de forma natural en nuestro cuerpo, gracias al sistema nervioso). Las futuras y potenciales aplicaciones pueden ser muy diversas.

Inspirados en la naturaleza

Como habréis podido observar, el diseño de estos pequeños bio-bots está inspirado precisamente en el complejo músculo-tendón-hueso de los animales, incluídos los humanos. En primera instancia hay una columna vertebral hecha de hidrogel impreso en 3D que da la estructura al pequeño robot, y a su vez es capaz de doblarse como si se tratara de una articulación. Por otra parte, en esta columna flexible se pueden anclar los tendones que unen el músculo mediante dos postes, que también serviran de base para el bio-bot.

Su velocidad se controla gracias a los ajustes en la frecuencia de los impulsos eléctricos, la cual provocará un aumento o disminución de la contracción muscular y acelerará (o enlentecerá) al bio-bot, como podéis ver en el siguiente vídeo:

La verdad es que la idea es interesante, y puede sentar las bases de futuros modelos de máquinas biológicas.

Vía | PNAS.