Los biocarburantes son una de las alternativas mas interesantes a la hora de hacer mover nuestros vehículos. Derivados a partir de biomasa, muchos países están dedicando buena parte de su producción agrícola para generar este combustible, una oportunidad de negocio donde antes no la había.

Sin embargo, esto plantea otros problemas, como el hecho de que se esté dedicando producción comestible a este tipo de negocios; eso es porque el proceso implica transformar los azúcares de las plantas en hidrocarburos, desechando otras partes de la planta con celulosa, que es mas complicada de romper.

Una alternativa a los combustibles fósiles que coge fuerza

Ahora llega un nuevo avance en forma de la molécula llamada gamma-valerolactona, capaz de permitir que la celulosa entre en reacciones químicas, aunque por si sola no es capaz de romper sus enlaces para obtener los azúcares necesarios. Para ello, los investigadores añadieron ácido sulfúrico disuelto en agua.

Las pruebas confirmaron que cualquier tipo de vegetal podía usarse en el proceso, aprovechando toda la planta. Esto abre la puerta a que puedan usarse lo que hasta ahora son desperdicios en la producción de biocarburante, lo que bajaría los precios y lo haría un combustible mas competitivo respecto a otras alternativas. Sin embargo, aún queda un largo camino hasta que estos precios se igualen a los de los combustibles fósiles.

Fuente | Ars Technica