Parece ilógico, pero a su vez, el hecho de que un cómico sea más propenso a tener trastornos mentales o de la personalidad como podría ser el trastorno bipolar podría ser justamente el secreto de su trabajo, el hecho clave para ser más divertido.

Según una reciente investigación publicada en el British Journal of Psychiatry, el secreto para ser gracioso podría encontrarse en una “estructura de personalidad inusual”, con unos rasgos muy similares a los que podemos encontrar en el trastorno bipolar.

Anteriormente ya habíamos comentado en MedCiencia la existencia de algunos estudios que asocian la creatividad a los trastornos mentales. Aunque, por otra parte, también cabe recordar otros estudios que afirman que ser más creativo te ayuda a vivir más. Pero, según comentan los investigadores, la posible asociación entre la comedia o el sentido del humor a los trastornos mentales se había dejado bastante de lado, y por ello ahora lo han querido tener en cuenta.

Gordon Claridge, profesor jubilado del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, y autor del estudio junto a Victoria Ando, comenta:

“Obviamente no todos los humoristas poseen esta asociación, pero la tendencia parece ser a asociar rasgos de trastorno mental a la comedia. Es la idea del payaso triste”

Parece ser que aquellas personas que sufren de trastorno bipolar son más propensas a la comedia, ya que imitan la capacidad del cómico para combinar ideas o categorías de pensamiento y formar conexiones nuevas y originales (graciosas, en este caso).

En el estudio participaron 404 hombres y 119 mujeres, reclutados de clubs de comedia, asociaciones y sociedades de humoristas de Reino Unido, Australia y Estados Unidos.

Durante dicho estudio se realizó un cuestionario que medía cuatro aspectos de la personalidad: Experiencias inusuales (como la creencia en la telepatía o sucesos paranormales), la dificultad para enfocar los pensamientos o distracción, la evitación de la intimidad, y la tendencia a la conducta impulsiva y antisocial.

Por lo visto, los humoristas tienen un nivel bastante elevado de personalidad huraña y depresiva, a la vez que lo combinan con unos rasgos de personalidad extrovertidos similares a los maníacos.

Por otra parte, la investigación también encontró que los humoristas son diferentes a otro tipo de artistas de escenario, como los actores, porque estos son más introvertidos.

“Estos perfiles de personalidad podrían explicar cómo cada uno de estos cómicos se dirige a sus respectivas audiencias y qué les motiva a hacerlo”