El estudio de las células madre y de cómo hacer que su desarrollo pueda acabar sustituyendo órganos vitales es un campo de investigación muy interesante, pero al mismo tiempo muy polémico. Incluso hay quien dice que con estas investigaciones el ser humano está jugando a ser Dios, mientras que una buena parte parece estar mas interesada en los beneficios para la humanidad que supondría la creación de órganos “a la carta”. Sin embargo, un nuevo experimento parece que se acaba de asegurar la polémica.

Y es que un grupo de científicos liderado por Jürgen Knoblich ha conseguido generar pequeños cerebros humanos (llamados “organoides cerebrales”), de unos tres o cuatro milímetros de diámetro para su posterior estudio. El objetivo final de estos experimentos es proporcionar a los investigadores lo necesario para seguir estudiando el cerebro humano, el órgano propio del que menos sabemos.

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Y es que por razones éticas no se pueden realizar los experimentos necesarios en cerebros de personas vivas, y aunque los de animales cuentan con ciertas semejanzas con los humanos, son completamente diferentes en muchos aspectos. Por tanto, estos organoides son modelos que los investigadores podrán usar para sacar conclusiones sobre cómo funciona nuestra mente. Estos cerebros cuentan con las principales partes necesarias, e incluso cuenta con tejido retinal, pero no están colocadas de la misma manera.

Lamentablemente, para lo que no servirán será para arreglar daños cerebrales, ya que la inmensa complejidad de un cerebro hace imposible reemplazar partes de la estructura.

Fuente | Nature