Microsoft es una de las compañías que mas está sufriendo mala prensa por el caso PRISM, la estructura de espionaje implementada por el gobierno norteamericano para obtener datos de usuarios de Internet. Esto es por las informaciones según las cuales la empresa de Redmond fue la que mas facilitó dicho espionaje, incluso llegando al punto de ayudar a los empleados de la NSA a descifrar los datos de los usuarios. 

A todo esto hay que sumar otro hecho: la nueva consola Xbox One viene con una unidad Kinect incorporada. No será posible usar el sistema si no tenemos enchufado este sistema de cámaras. Kinect es capaz tanto de grabar vídeo como sonido, y con varios algoritmos puede detectar el movimiento e incluso reconocer rostros. Todas estas funcionalidades fueron ideadas para ser usadas en los juegos, pero el escándalo de PRISM ha hecho que mucha gente se pregunte si es sensato dejar que una compañía sospechosa de ayudar al espionaje entre en el salón de nuestras casas.

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Este tema está siendo tan candente en las redes sociales que Microsoft no ha tenido mas remedio que salir al paso, pero de alguna manera lo ha dejado peor que antes. La compañía ha asegurado que, en caso de que los servicios secretos quisieran los datos de Kinect, sus jueces pelearían con el gobierno para no dárselos.

“A menos que hubiese una nueva ley, no creemos que el gobierno tenga la autoridad legal para obligarnos […] a empezar a recopilar datos de vídeo y voz, y lucharíamos en los juzgados de manera agresiva con el gobierno en caso de que lo intentase”

Como veis, Microsoft no niega en ningún momento que, de hecho, es posible espiar a los usuarios con Kinect. Solo nos da su palabra de que, en caso de que se lo pidiesen, lucharía contra ello. Y, después de las informaciones filtradas sobre PRISM, la palabra de Microsoft no es demasiado valiosa. Además, cuando este tipo de solicitudes se producen, suelen venir con un documento de confidencialidad que reportaría consecuencias jurídicas a la compañía en caso de que fuese a juicio público.

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De hecho, no sería la primera vez que una sección de la compañía asegura una cosa para hacer otra. Skype aseguró que era “técnicamente imposible” escuchar las conversaciones ajenas, pero tal política cambió y, siempre según las filtraciones, se suministraron llamadas a las agencias de espionaje. Las similitudes con el caso Kinect asustan, y los usuarios son conscientes de ello.

Microsoft lo tiene muy difícil para recuperar la confianza de un usuario con el que ya ha tenido sus enfrentamientos, que terminaron con la marcha atrás en el plan original de hacer de la Xbox One una consola conectada constantemente. Lo único que le queda sería un golpe de efecto, como permitir usar la consola sin necesidad de instalar Kinect; pero teniendo en cuenta que gran parte del marketing de la consola se basa en el concepto de tener el sistema siempre conectado, Microsoft no tiene ninguna manera de salir ganando del cambio.

Fuente | The Verge