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Nuevas evidencias de que el estrés laboral mata

20 mayo, 2013 11:58

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Al igual que el mensaje que se muestra en las cajetillas de tabaco de “Fumar mata”, también podríamos rotular lo siguiente: “El estrés laboral mata”. Desde MedCiencia queremos avisar que un estrés laboral continuo puede perjudicar nuestra salud si no se soluciona a tiempo.

Hace tiempo que se conoce que el estrés emocional aumenta las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares debido a la adquisición de hábitos poco saludables como fumar, realizar una dieta inadecuada o llevar una vida sedentaria. Son ya numerosos los artículos de MedCiencia en los que hemos abordado cada una de estas cuestiones, como el “Sedentarismo, tan mortal como fumar” o hace poco el de “4 efectos secundarios derivados del consumo de bebidas azucaradas“. En un nuevo estudio, llevado a cabo por la Sociedad de prevención Ibermutuamur, en colaboración con expertos del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y la Universidad de Santiago de Compostela, y publicado en Scandinavian Journal of Public Health, se ha analizado la asociación entre el estrés laboral y el metabolismo de los ácidos grasos en nuestro organismo.

En este estudio, se cogió una muestra de 90.000 empleados que se hicieron un reconocimiento médico. De la muestra, un 8’7% (7.830 empleados) afirmó haber experimentado dificultades en su trabajo durante los últimos doce meses. En el reconocimiento médico de estos empleados que sufrieron estrés laboral se pudo observar una alteración de las lipoproteínas LDL y HDL, es decir, una dislipemia (alteración del metabolismo de los lípidos).

“Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, señala Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral.

Los niveles de LDL, conocido popularmente como el ‘colesterol malo’, estaban incrementados y los de HDL, el ‘colesterol bueno’, estaban descendidos. Esto provoca un aumento en el riesgo de padecer placas de ateroma, que están constituidas por colesterol, en las paredes de las arterias capaces de ocluir su luz ya que las LDL favorecen el desarrollo de estas placas y las HDL son nuestros “vigilantes” que velan por nosotros para que este fenómeno no ocurra al transportar el colesterol de las arterias de vuelta al hígado. Estas placas de ateroma que se forman son las responsables de los temidos infartos de miocardio o los infartos cerebrales (ictus).

“Uno de los mecanismos que podrían explicar la relación entre el estrés y el riesgo cardiovascular podrían ser los cambios en nuestro perfil lipídico, lo que supondría una mayor acumulación de placa ateroma en nuestras arterias”, comenta Catalina.

Conclusiones

En definitiva, un estrés laboral supone una bomba de relojería para nuestro organismo puesto que cada vez son más los perjuicios que se descubren asociados a este estado psicológico. Combatir seriamente el estrés aumenta considerablemente nuestra calidad de vida y, además, ganaremos años de vida. En un artículo anterior de MedCiencia, “Sonrisas para combatir el estrés“, se comentaron algunas estrategias para luchar contra el estrés. ¿Por qué no empezamos desde hoy a aplicar estas estrategias que tan buenos resultados ofrece?

William James, un brillante filósofo estadounidense experto en psicología práctica, dijo:

“La acción parece seguir al sentimiento, pero en realidad, acción y sentimiento van juntos y, regulando la acción, que se halla bajo el dominio directo de la voluntad, podemos regular indirectamente el sentimiento, que no lo está”

Es decir, se puede cambiar la actitud mental mediante un esfuerzo de voluntad; por tanto, mientras manifiestes los síntomas de una felicidad radiante, no habrá lugar alguno en tu mente para las preocupaciones. Conociendo el mejor medicamento para combatir tus preocupaciones, ¿a qué esperas para ponerlo en práctica? Recuerda que tu salud siempre te lo agradecerá.

 

Lectura recomendada: Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida (Dale Carnegie)

Fuente: SINC