Esta madrugada, a las 7:31 hora peninsular, el vehículo rover Curiosity de la misión MSL ha llegado a la superficie de Marte con un éxito rotundo. Pero este hecho no sólo significa un paso enorme en la exploración humana del espacio, sino que hace renacer el espíritu de amor e interés por le ciencia y la astronomía, un sentimiento que vive dentro de todos nosotros por naturaleza. Por eso no podría tener un mejor nombre, Curiosity.

Cuando el 21 de Julio de 1969 el Apolo 11 se posaba en la superficie de la Luna, millones de personas seguían en directo tan histórico momento. Yo no tuve la oportunidad de vivirlo, pero cada persona con la que hablo y a la que pregunto, coincide en que ha sido uno de los días más importantes para la humanidad. Poner un hombre en la Luna fue algo impresionante, y consiguió despertar el interés por la ciencia en prácticamente todo el mundo.

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Desde entonces la NASA y en general todas las agencias espaciales, han entrado en una espiral de olvido. A la gente no le interesa la ciencia, y no ven el sentido de las misiones espaciales. Muchos se preguntaban por qué queríamos mandar un vehículo a Marte, qué sentido tiene eso, por qué nos íbamos a gastar dinero en una tontería así con la crisis que atravesamos. El bajo interés por la ciencia y la exploración es realmente preocupante, y repetir logros como el del hombre en la Luna es muy complicado.

Pero la agencia espacial norteamericana ha hecho una gran campaña con el Curiosity. Lo ha convertido casi en algo viral, con la intención de devolverle a la ciencia el papel protagonista que le corresponde. Conocer lo que nos rodea, cómo se formaron los planetas del sistema solar, entender los mecanismos que hacen que masas mastodónticas de minerales y gases giren en torno a nuestro sol, y en definitiva aprender, es algo importantísimo. Y es que el ser humano es curioso por naturaleza, necesitamos alimentar ese sentimiento.

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Prueba de ello es que la llegada a Marte se haya retransmitido en directo a todo el mundo, y no sólo por streaming por Internet, sino que cientos de curiosos se han acercado a la mítica

No puedo más que alegrarme de ver lo mucho que está interesando esta misión al mundo, y es que la curiosidad por lo que nos rodea es algo que siempre nos ha acompañado y que no podemos perder.