Como hablaba antes, seguro que todos nosotros hemos visto en más de una película impresionante sistemas para saber la identidad de una persona, como por ejemplo escaneando el iris. Y aunque suene algo lejano y propio de la gran pantalla, el FBI está desarrollando un sistema muy similar, y cuanto menos, curioso.

Para el año 2014, la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos planea tener disponible una base de datos a nivel nacional que permita localizar de manera rápida a los delincuentes a través del iris. El sistema, que tendrá un coste aproximado de mil millones de dólares servirá como apoyo para el ya conocido sistema de identificación a través de la huella dactilar.

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El reconocimiento del iris utiliza la tecnología de las cámaras: con una fina iluminación infrarroja se reduce el reflejo que se haya podido producir en la convexa córnea y poder crear detalladas imágenes de las complejas estructuras del iris. Una vez convertidas en plantillas digitales, estas imágenes proporcionan una representación matemática del iris, las cuales coinciden con una identificación positiva e inequívoca de un individuo.

Ahora que conocemos la teoría, continuemos con la parte práctica, muchas prisiones de los Estados Unidos están almacenando imágenes del iris de sus presos en una base de datos a nivel nacional gestionada por una empresa, BI2 Technologies.

¿Y cuál es el objetivo de esto?

El objetivo de reconocimiento del iris, de acuerdo con los agentes del orden, es poder coger rápidamente los delincuentes reincidentes y los sospechosos que tratan de ocultar sus identidades.

La tecnología de reconocimiento de iris, además, garantiza tener un control más estricto en los centros penitenciarios, evitando así liberar por error a personas de similar aspecto.

¿Y todo esto es seguro?

Pues sí, según comentan los expertos, el iris como método para identificar a una persona es una de las
formas más seguras de garantizar la identidad de alguien, e incluso se ha llegado  a decir que el iris es la parte ideal del cuerpo humano para la identificación biométrica. Esta afirmación ha sido realizada atendiendo a las siguientes razones:

• Se trata de un órgano interno que está bien protegido contra daños y el desgaste por la córnea. Esto lo distingue de las huellas digitales, las cuales pueden ser difíciles de reconocer después de realizar trabajos manuales durante años.

• El iris es predominantemente plano, y su configuración geométrica es controlada únicamente por dos músculos complementarios que controlan el diámetro de la pupila. Esto hace que la forma del iris sea mucho más predecible que, por ejemplo, la de la cara.

• El iris tiene una textura fina que, como las huellas dactilares, se determina al azar durante el proceso embrionario de gestación. Incluso individuos genéticamente idénticos tienen texturas del iris completamente independientes, mientras que el ADN no es aplicable para el 0,2% de la población humana, ya que los gemelos poseen la misma huella digital.

Ciertas prisiones e instituciones ya tienen implantados sistemas similares para la detección del iris, y afirman que no han tenido nunca ningún problema, dado su alto nivel de fiabilidad.

Pero no es oro todo lo que reluce…

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Por muy bueno que sea un sistema, nunca va a ser perfecto, y todo tiene sus partes malas:

• El escaneo del iris es una tecnología relativamente nueva y es incompatible con la gran inversión que las autoridades policiales y de inmigración de algunos países ya han hecho en el campo del reconocimiento de huellas dactilares.

• Es muy difícil realizar el reconocimiento del iris a partir de una distancia superior a un par de metros y si la persona a identificar no coopera (manteniendo la cabeza quieta y mirando a la cámara).

• Al igual que con otras tecnologías biométricas basadas en fotografías, el reconocimiento del iris es susceptible a la mala calidad de la imagen.

¿Cuál es el futuro de todo esto?

El escaneo de iris, al ser una tecnología tan reciente, tiene un gran camino que recorrer todavía, y puede proporcionar muchos usos que faciliten el día a día de las personas, ¿quién sabe si dentro de unos años no necesitaremos DNI o tarjetas de crédito para identificarnos y pagar? ¿O quién sabe si podremos usar nuestro iris en los aeropuertos en lugar de las tarjetas de embarque?

Hoy por hoy, solo podemos imaginar las increíbles posibilidades de esta incipiente tecnología y soñar con un futuro como el de muchas películas de ciencia-ficción.