La promesa de privacidad que repite WhatsApp constantemente presenta cada vez más dudas. La aplicación de mensajería más popular en España comenzó el año rodeada de polémica por los cambios en su política de privacidad. Cuando esta tormenta empezaba a disiparse un reportaje en ProPublica ha dejado ver que sí es capaz de ver algunos mensajes de la app, aunque eso no implica romper el cifrado de extremo a extremo. 

WhatsApp siempre ha defendido que ni los empleados de Facebook, matriz propietaria de esta aplicación, podían leer los mensajes de los usuarios. Sin embargo la publicación ha revelado que la compañía examina sólo los mensajes de los hilos que han sido reportados por los usuarios como posiblemente abusivos.

De este modo, las fuentes consultadas por ProPublica detallan que la empresa cuenta con centros donde los empleados leen y moderan estos mensajes reportados y que han sido denunciados como inapropiados. En busca de pornografía infantil y otros delitos, los moderadores pueden leer mensajes y ver fotografías que se suponían estaban protegidas.

Mensajes denunciados

El cifrado de extremo a extremo es un sistema de encriptación que protege el contenido que se envía de un dispositivo a otros. El mensaje se cifra en el móvil del emisor y se desencripta en el teléfono del receptor. WhatsApp enfatiza este punto de manera tan consistente que una bandera marca esto como garantía en cada chat. 

Otras aplicaciones de mensajería como Signal y servicios de correos electrónicos ofrecen este sistema de seguridad. Facebook y WhatsApp prometen con él proteger la privacidad de sus usuarios, incluso a los activistas perseguidos por regímenes totalitarios.

Truco de WhatsApp para enviar mensajes invisibles. Nacho Castañón Omicrono

No obstante, según la información de ProPublica, WhatsApp la compañía "ha socavado silenciosamente sus amplias garantías de seguridad de múltiples maneras" desde la compra en 2014, como colaborando en investigaciones policiales aportando imágenes, mensajes y videos de los usuarios.

La investigación de ProPublica se basa en datos, documentos y docenas de entrevistas con empleados y contratistas actuales y anteriores de la empresa tecnológica. Ellos aseguran que cuando un mensaje se denuncia en la aplicación, sistemas de inteligencia artificial y personal de WhatsApp revisan el contenido.

Los mensajes que se envían por las aplicaciones de mensajería de Facebook e Instagram también se someten a esta revisión, aunque estas redes sociales no cuentan con cifrado de extremo a extremo. El director de comunicaciones de WhatsApp, Carl Woog, reconoció al medio que hay equipos revisando los mensajes de WhatsApp para identificar y eliminar abusos, pero no lo consideran una "moderación". 

WhatsApp cuenta con cifrado punto a punto para una mayor seguridad Montaje | markusspiske | WhatsApp

El repostaje explica que la empresa no cuenta con revisores que entiendan todos los idiomas y a veces se usa la traducción automática para comprender el mensaje denunciado, lo que puede infundir error. Al revisar el mensaje, el moderador puede no hacer nada, poner al usuario en "vigilancia" para un mayor escrutinio o prohibir la cuenta.

Colaborando con las autoridades

ProPublica explica también cómo esta excepción en el cifrado de la aplicación ha permitido a la fiscalía de Estados Unidos construir un caso contra un empleado del Departamento del Tesoro que filtró documentos confidenciales a BuzzFeed News donde se demostraba el flujo de dinero ilegal a través de los bancos estadounidenses. 

Will Cathcart, jefe de WhatsApp, afirmaba en una entrevista en el mes de julio: "Creo que podemos tener seguridad y protección para las personas a través del cifrado de extremo a extremo y trabajar con las fuerzas del orden para resolver delitos".

Lo cierto es que otras aplicaciones como Signal defienden recopilar muchos menos datos de los usuarios para preservar su privacidad y no compartirlos con las autoridades. Esa privacidad extrema protege a los activistas y defensores de derechos humanos que huyen de sus gobiernos, pero también a delincuentes y terroristas que quieran pasar desapercibidos.

El balance entre la privacidad de los usuarios y la lucha contra los delitos a través de las nuevas tecnologías es un dilema al que se enfrentan la mayoría de empresas de tecnología, desde WhatsApp hasta Apple.

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