Como una de las compañías más importantes de la historia de la informática, Microsoft no llegó a donde está gracias a una sola persona; aunque solemos asociar su nombre con el de Bill Gates, Microsoft es mucho más grande que eso. Uno no domina el mercado de los sistemas operativos durante décadas sólo gracias a la suerte, o gracias a una innovación llamativa.

Los inicios fueron especialmente duros; hablamos de los primeros años de Silicon Valley, cuando cada día aparecía una nueva innovación y aparecía un nuevo emprendedor con el objetivo de reventar el mercado. Pero sin una buena estrategia, muchos acabaron en la calle.

El estratega que necesitaba Microsoft en sus inicios

Paul Allen era ese estratega que necesitaba Microsoft. Cofundador de la compañía junto con su amigo del instituto Bill Gates, era su complemento perfecto; Gates era el informático, Allen era el emprendedor. Ya como adolescentes, esta mecánia era evidente. Como tal, sabía muy bien dónde invertir su dinero; mientras Gates se fue a Hardvard, Allen ya había fundado una empresa de software de análisis de tráfico. Aunque fue a la universidad, no terminó los estudios; no era necesario.

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Así, cuando fundaron Microsoft en 1975, ya eran una pareja dura de roer. El papel de Allen como vicepresidente no era estar en los focos como Gates; era influenciarlo, presentarle alternativas y dirigir su talento y visión. Empezando por el nombre, “Micro-Soft”, que fue su idea.

Muchas de las decisiones que Microsoft tomó en los años siguientes fueron responsabilidad de Allen; y algunas de ellas aseguraron el futuro de la compañía. Su capacidad de cerrar contratos fue vital en su momento. Desde el primer producto de la compañía, un intérprete de lenguaje BASIC para el ordenador Altair 8800, la influencia de Allen se dejó notar.

MS-DOS, el sistema “rápido y sucio” que se convirtió en el sistema por defecto

Pero tal vez el negocio más famoso que consiguió fue el que llevó a la creación de MS-DOS, el primer sistema operativo de Microsoft y antecesor de Windows. Todo empezó en 1980, cuando IBM buscaba un sistema operativo para su ordenador, el IBM PC; la computadora personal que lo cambió todo. Un acuerdo con Microsoft para desarrollar un intérprete BASIC se amplió al desarrollo de todo un sistema operativo; y todo porque no habían conseguido una licencia del sistema que realmente querían, CP/M, de Digital Research.

MS DOS

En vez de desarrollarlo desde cero, Gates y Allen buscaron licenciar un sistema ya existente. Así encontraron a Tim Paterson, de la compañía Seattle Computer Products; había desarrollado QDOS (o 86-DOS), un “clon” del sistema CP/M y por lo tanto, justo lo que IBM quería pero no podía conseguir. QDOS venía de “Quick and dirty operating system”, porque Paterson lo había desarrollado de manera “rápida y sucia”. Pero era la mejor opción que tenían.

Por “apenas” 75.000 dólares Allen compró este clon y se lo licenció a IBM, con el nombre PC-DOS; pero lo importante es que esta licencia no era exclusiva. Microsoft lanzó el sistema bajo el nombre MS-DOS, con la creencia de que IBM no sería el único que necesitaría un sistema semejante; tuvieron razón, y el desarrollo de sistemas “IBM Compatible” con MS-DOS se disparó. Pronto, se convirtió en el sistema por defecto para mucha gente; y sirvió como base de Windows, que inicialmente nació como una interfaz gráfica para MS-DOS.

La muerte del cofundador de Microsoft, por culpa del cáncer

Pero Allen no llegó a influenciar estos pasos. En 1983, apenas ocho años después de fundar la compañía, Allen abandonó su cargo; se le había diagnosticado la enfermedad de Hodgkin, contra la que luchó udrante buena parte de su vida. En 1990 volvió a Microsoft como miembro de la junta directiva; un puesto que ocupó hasta el 2000 y en el que amasó su riqueza.

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Unos ingresos que le llegaron a convertir en unos de los estadounidenses más ricos; y que invirtió en equipos deportivos y en filantropía. Ha aportado decenas de millones de dólares a la Universidad de Washington a la que acudió; además de a una variedad de ONGs, como los 46 millones que recientemente aportó para construir casas para los sin hogar. Por el camino, tuvo que vencer al cáncer en varias ocasiones, hasta que finalmente no pudo más.

Paul Allen ha muerto a los 65 años, por un linfoma no Hodgkin (más común que el linfoma Hodgkin). Se va una figura importantísima en el mundo de la informática; una mente calculadora sin la que Microsoft probablemente no hubiera conseguido arrancar.

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