“Artístico” no es la palabra que nos viene a la mente cuando pensamos en ordenadores. Al fin y al cabo, son sistemas preprogramados en base a unos ciertos parámetros; si los sacas de ahí, no conseguirás buenos resultados.

El aprendizaje automático es una manera de saltarse estas limitaciones; haciendo que una Inteligencia Artificial aprenda por su cuenta los diferentes conceptos, en vez de programarlos, podemos hacer que cree cosas que no existen.

Por ejemplo, si le pides a tu ordenador que te muestre una imagen de un pájaro amarillo con alas negras y pico corto, probablemente te mostrará fotos sacadas de una base de datos. Son fotos que ya existen en la red, y si lo que pides no existe, no te lo podrá mostrar.

La inteligencia artificial que dibuja lo que pedimos

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En cambio, la Inteligencia Artificial creada por los laboratorios de investigación de Microsoft es capaz de crear imágenes que no existen, en base a lo que le pedimos.

En este ejemplo, sabe cómo debería ser la forma de un pájaro, qué es el color amarillo y el negro, y qué implica que tenga pico corto; la imagen resultante no reside en ninguna base de datos, incluso es posible que esa especie de pájaro no exista.

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Y todo empieza analizando las palabras que decimos. La IA es capaz de centrarse en las palabras individuales de nuestra petición; esto es vital para no perderse por el camino. Gracias a esto se consigue una calidad de imagen tres veces superior a otros generadores de imágenes.

No solo eso, sino que el sistema se toma ciertas libertades para representar mejor la descripción; por ejemplo, posando al pájaro en una rama, aunque no se lo hayamos especificado. Simplemente tiene sentido que el pájaro esté posado en la rama.

Ya existen muchas IA capaces de identificar objetos en una imagen; para el equipo de Microsoft, este es el siguiente paso, generar imágenes basándose en los objetos que ha identificado y reconocido.