Recargar un cartucho de impresora es mucho más que colaborar con el medio ambiente.

El sector de las impresoras es uno de los más odiados y obtusos de entre la mayoría de dispositivos electrónicos. No se critica que sean caras ni que la tinta sea cara (que lo es), sino que se desperdicia mucha tinta (cuando se limpian los cabezales, por ejemplo, pues muchas veces se realiza esta autolimpieza en exceso), y que además las impresoras empiezan a fallar muy rápidamente (cosa de la obsolescencia programada).

Tal ha sido así que en pocas casas vemos ya impresoras domésticas. Muchas de las personas prefieren incluso ir a la copistería (tienda para hacer fotocopias) más cercana (aunque sea más incómodo) solamente por no pasar por el mal trago que comentábamos anteriormente.

Ahorrar tinta recargando cartuchos (y dinero)

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Siempre se ha dicho que rellenar los cartuchos de tinta es beneficioso, pero, ¿por qué? Si aún sigues teniendo una impresora en tu casa en pleno 2017, te conviene hacerlo porque se ahorra tinta y por lo tanto, dinero, que es lo que nos importa.

Al fin y al cabo, lo que debemos tener más en cuenta es el bolsillo. Parece algo trivial, pero puede que no mucha gente conozca la razón real por la que esto es así.

De cada cinco cartuchos, podríamos decir que estamos tirando casi uno de forma completa

Exactamente se ahorra tinta porque cada vez que tiramos un cartucho a la basura tiramos también tinta. Y no unas gotitas despreciables, sino bastante. Concretamente, en la EPSON 9900, hasta un 22% de tinta se pierde con cada cartucho. Esta estadística, por supuesto, varía en función del tipo de cartucho y de la impresora.

Por qué se pierde tanta tinta

La razón por la que se derrocha tanta tinta es muy sencilla: llegados a un punto, simplemente es inaccesible. Es como si tratásemos de vaciar un vaso que está pegado a una mesa simplemente tratando de coger el líquido con una cuchara (podremos coger bastante líquido, pero no toda).

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Ni siquiera es necesario que acudamos a ningún distribuidor oficial de la marca de nuestra impresora para rellenar los cartuchos, pues podemos hacerlo en una tienda no oficial o incluso en nuestra propia casa gracias a kits que se venden.

Solamente hace falta unas jeringas con sus respectivas agujas y botes de colorante de 100 mL o de la cantidad que sea. Todo se suele vender junto en un mismo pack (o por separado si se desea) y suele ser mucho más económico que comprar un cartucho completo.

Y no solo nos ahorramos ese 22% de tinta (en el caso, por supuesto, de la EPSON 9900), sino que además nos ahorramos el precio del chip y del cartucho en sí, que tampoco es gratis, pues nos lo incluyen en el precio. Puede que estos packs no sean del todo baratos (pues cuestan más incluso que la propia impresora), pero hablando en términos de economía de escala, ahorramos mucho dinero en comparación con los cartuchos de tinta originales.

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