Los cargadores USB con cámara están teniendo mucho éxito entre gente que quiere espiar a alguien, aunque su utilidad por el momento sea algo limitada.

Se ha hablado largo y tendido sobre la necesidad de tapar o no la webcam de nuestro portátil; incluso aunque la usemos de manera apropiada, siempre es posible que un atacante se haga con el control del dispositivo.

El problema es que ya no son sólo las webcams; gracias a la miniaturización de la tecnología, cada vez es más fácil incluir una cámara con una calidad relativamente aceptable en cualquier sitio. Incluso es posible que la cámara venga integrada en otro dispositivo.

Los cargadores USB con cámara pueden estar vigilándote

Como por ejemplo, los cargadores USB con cámara que están apareciendo en Amazon y otras tiendas. Cuando pensamos en “cámara oculta” pensamos en una pequeña cámara que alguien ha puesto en nuestra casa; con cámaras como esta, no es necesario, ya que se hacen pasar por otros dispositivos que usamos a diario.

En ZDNet han descubierto la gran popularidad que están disfrutando este tipo de dispositivos, como este modelo de Camakt, disponible en Amazon.com. No es el único; una simple búsqueda de “usb hidden camera” nos revela muchos dispositivos similares en sitios como eBay, con precios que empiezan a partir de los 21 dólares.

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A simple vista, no hay nada llamativo en estos dispositivos; se parecen y funcionan como un cargador USB normal y corriente, y esa es la clave.

Por supuesto, los creadores de estos cargadores afirman que el objetivo es vigilar nuestro propio hogar sin que los extraños sospechen de que están siendo grabados. Pero a nadie se le escapa que pueden ser aparatos útiles para espiar a alguien; ya sea dejando el cargador enchufado, o bien regalándoselo a la víctima.

Pongamos que la víctima “pierde” su cargador, y le dejamos el nuestro; ese tipo de escenarios no son difíciles de imaginar. A diferencia de otras cámaras ocultas, esta cumple una función nada sospechosa.

Unos dispositivos que aún tienen mucho que mejorar

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Llama la atención que todas son cámaras de resolución 1080p a 30 frames por segundo, incluso las más baratas; aunque la calidad de la imagen probablemente no será para tirar cohetes. La mayoría precisa de una tarjeta de memoria SD para almacenar el vídeo, y ahí radica uno de los fallos de este sistema.

Y es que, para conseguir el vídeo, tenemos que recuperar el cargador de alguna manera, el vídeo no se retransmite; además, la cantidad de horas que podemos grabar, incluso con una tarjeta de memoria espaciosa, no son muchas. Sin embargo, no sería de extrañar que futuros modelos añadan WiFi.

Además, cuando el cargador está grabando se enciende un chivato en la parte delantera; aunque eso es bastante normal en un cargador, claro.

¿Deberías dudar de cada cargador que te pasan, por si acaso? Sí, pero no porque tenga una cámara, sino para saber si va a provocar problemas para tu batería y dispositivo; por el momento, estos dispositivos son más una curiosidad que otra cosa, pero pueden pillar a los que no saben mucho del tema.