Fotomontaje con los inventos de los finalistas.

Fotomontaje con los inventos de los finalistas. Manuel Fernández James Dyson Awards

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Los finalistas españoles del James Dyson Award: de devolver el tacto a personas con prótesis a un protector de olivos

El ganador ha sido Haptika, un dispositivo para permitir que personas con prótesis en miembros superiores reciban retroalimentaciones hápticas.

Más información: Los inventos ganadores de los James Dyson Awards: de ayudar a pacientes de cáncer a afrontar necesidades climáticas

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Uno de los eventos más importantes en materia de inventiva e ingeniería son sin duda los James Dyson Awards. Estos premios, que ya han anunciado sus ganadores a nivel nacional en España, pretenden promover la ingeniería y la inventiva para solucionar problemas reales.

Tras la convocatoria abierta este año, Dyson ha anunciado tanto sus ganadores como sus finalistas nacionales, con un grupo de estudiantes catalanes consiguiendo el primer puesto, algo que les permitirá competir por el galardón internacional, que se dará a conocer el próximo 5 de noviembre.

Le siguen dos finalistas con propuestas que buscan resolver problemas de transporte de pruebas médicas en zonas remotas hasta la gestión de residuos provenientes de la producción del aceite de oliva.

Los finalistas de los James Dyson Awards nacionales

Ha sido el dispositivo Haptika el que se ha llevado el primer premio nacional del concurso. Un dispositivo en forma de guante, equipado con un brazalete háptico y con una plétora de sensores para dar una suerte de 'sensación' del tacto a las personas amputadas.

Haptika pretende otorgar esta percepción del tacto a personas que tengan prótesis en miembros superiores, ofreciendo una serie de sensaciones hápticas en tiempo real. El funcionamiento del sistema mejora aspectos como el rendimiento funcional o la precisión de agarre.

Los entresijos de Haptika.

Los entresijos de Haptika. James Dyson Awards Omicrono

Y es que las personas que usan prótesis rara vez sienten aquello que tocan, ya que estas pretenden ser funcionales, sin interés real en las sensaciones del individuo. Se basa, como decimos, en el guante y en el brazalete, principalmente.

Este invento ha nacido a partir de las ideas de un grupo de estudiantes de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) aficionados a la robótica aplicada a la medicina.

Respecto al resto de finalistas, en primer lugar se sitúan los estudiantes Alèxia Farré, Lluc Rodó, Lidia Teruel y Carmen Bataller de la ELISAVA Barcelona School of Design and Engineering, que se ha postulado como los segundos finalistas en el concurso.

La clave de su invento hace alusión a la problemática en torno al transporte de muestras médicas en zonas donde no hay electricidad. En estos transportes es vital mantener la llamada cadena de frío en las muestras.

Mochila BLUST.

Mochila BLUST. BLUST Omicrono

El problema es que en numerosas ocasiones estas muestras se envían a zonas muy remotas como Níger, Sudán o República Democrática del Congo, donde las ONGs necesitan trasladar sus muestras de sangre para diagnosticar epidemias.

A la falta de electricidad hemos de sumarle otros factores, como la falta de infraestructura o las temperaturas extremas propias de estos lares. Si se supera un cierto límite de temperatura, las muestras se vuelven inservibles.

Entra en juego BLUST, un sistema en forma de mochila que separa en dos módulos las muestras para permitir que estas lleguen a más puntos del globo sin problemas de temperatura. Además incorpora paneles solares desplegables.

Estos paneles alimentan una compleja tecnología de refrigeración de ultra bajo consumo, que evita que el usuario transportista requiera de cualquier red eléctrica o generador para mantener frías las muestras de forma autosuficiente.

BLUST Team.

BLUST Team. James Dyson Award Omicrono

BLUST hace uso de un conjunto de piezas diseñadas y hechas prácticamente de forma artesanal, con técnicas de ingeniería que garantizan un rendimiento más óptimo. Consta de dos unidades; una de transporte, y otra de carga.

El recubrimiento textil, que está diseñado de forma ergonómica para ser más cómodo a la hora de ser transportado, es resistente al agua y a la abrasión, además de hacer uso de costuras reforzadas en las zonas críticas.

El mecanismo de almacenamiento de muestras, por su lado, fue diseñado para facilitar el acceso a las muestras, con bandejas modulares para colocarlas de forma segura y asegurando que cada una reciba el enfriamiento adecuado.

El BLUST Team llegó a usar simulaciones computacionales para predecir el comportamiento térmico del sistema de refrigeración y los aislantes para ver las distribuciones de la temperatura, minimizando el frío y manteniendo frías las muestras en cualquier terreno.

INARI en un fotomontaje.

INARI en un fotomontaje. Alex Zambudio James Dyson Award

Como tercer finalista se sitúa el proyecto INARI, del estudiante universitario de la ESDI-Universidad Ramón Llull Alex Zambudio. El problema reside en los residuos resultantes de la producción del aceite de oliva.

Dado que España es el principal productor de este material, el problema es claro: estos procedimientos generan residuos, como el propio hueso de la aceituna que se usa para el aceite.

Solo en cada tonelada de aceite producido nos encontramos con 2 o 3 kilos de hueso producido, lo que acaba convirtiéndose en 510.000 toneladas anuales de hueso.

Por si fuera poco, los agricultores necesitan métodos más eficientes para proteger sus olivos de aspectos climáticos o de depredadores. Existen sistemas actualmente, pero que producen un severo impacto ambiental.

Estructura de INARI

Estructura de INARI Alex Zambudio James Dyson Award

INARI es un protector de olivos jóvenes, que se encarga de ofrecer protección a estos árboles de fenómenos climáticos como granizo, viento o lluvias intensas.

A diferencia de los protectores actuales hechos de plástico, INARI se compone de un biomaterial concreto. Un material vegetal, biodegradable y compostable, que cuando cumple finalmente, se descompone y acaba enriqueciendo el suelo.

La idea es convertir un residuo fruto de la industria de producción del aceite en un recurso agrícola, manteniendo valores de sostenibilidad, adaptación y protección frente a alternativas poco medioambientales.

Cuando INARI ya no puede seguir cumpliendo su función, se descompone para nutrir los árboles que ha estado protegiendo. Protege contra factores climatológicos y contra depredadores, como roedores que ya no pueden subir a la cima.

INARI en una fotografía.

INARI en una fotografía. Alex Zambudio James Dyson Awards

También se valora la idea de acomodar un sistema de riego interno por goteo o microirrigación dentro de INARI, que cuenta con un amplio diámetro para acomodar estas soluciones sin problema.