KJ-700

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Defensa y Espacio

KJ-700, el nuevo avión espía con el que China analiza el Pacífico: detecta movimientos de aviones y el lanzamiento de misiles

Una nueva imagen de la aeronave china ha desvelado algunos de los sistemas de detección de amenazas aéreas y espionaje que lleva integrados a bordo.

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La Armada del Ejército Popular de Liberación de China continúa con la mejora tecnológica de su flota aérea. Una de las últimas apariciones la ha protagonizado un nuevo avión de alerta temprana y control (AEW&C, de sus siglas en inglés), un sistema del que España carece pero que en las grandes potencias se ha erigido como una pieza clave en sus estrategias de detección de amenazas desde el aire.

Como suele ser habitual en China, este tipo de desarrollos se llevan a cabo en el más absoluto de los secretos para intentar frenar las filtraciones o que los analistas internacionales consigan desvelar parte del equipamiento. Sin embargo, solo en contadas ocasiones, algunos documentos o fotografías consiguen traspasar el férreo control de las autoridades militares de Pekín y trascender fronteras.

Este último caso es el que acaba de ocurrir con una imagen en vuelo del nuevo avión de alerta temprana KJ-700H, en la que se pueden ver en detalle todos los sistemas que incorpora a bordo la aeronave. Tal y como explica TWZ, se muestra el radar principal situado en la superestructura encima del fuselaje que es tan característico de los aviones AEW como sistema principal.

KJ-700H

KJ-700H

A los lados del fuselaje trasero se encuentran dos carenados rectangulares que podrían acoger los radares aerotransportados de visión lateral, sistemas electroópticos de todo tipo —incluido en el morro—, y antenas tanto en el cono de cola como en la punta de las alas. En el radomo del radar principal también incluye una antena de comunicaciones para satélite, en un pequeño abultamiento en la zona central.

China cuenta en la actualidad con una amplia flota de aeronaves de alerta temprana que ya ha sacado a relucir en algunos despliegues, como en la crisis con Taiwán en el verano de 2022, cuando aeronaves KJ-500 salieron para intentar detectar la posible contraofensiva de Taipéi. Ese modelo, en particular, está íntimamente relacionado con el KJ-700 del que ahora se saben más detalles ya que ambos parten de la misma plataforma.

Nuevo avión espía

El KJ-700 se detectó por primera vez, en forma de prototipo, en diciembre de 2020 en imágenes de satélite, pero no fue hasta 2023 cuando se publicó la primera fotografía de la aeronave terminada y hecha desde la superficie. Se desconoce oficialmente cuántas unidades tiene China operativas, aunque los analistas apuntan a, al menos, 3 unidades en servicio desde junio de ese mismo 2023.

Sin embargo, la versión KJ-700H de la que acaban de descubrirse tantos detalles se vio por primera vez en junio del año pasado. Se trata de una modificación para servir dentro de la Armada china partiendo del KJ-700 estándar y sería también la variante más moderna de cuantas han desarrollado hasta ahora.

Folleto informativo del KJ-700 donde se detallan algunos de sus sistemas

Folleto informativo del KJ-700 donde se detallan algunos de sus sistemas

Al igual que el KJ-500, el KJ-700 está basado en el fuselaje del avión de transporte Y-9, una versión más moderna del clásico Y-8 que, a su vez, se basa en el avión soviético Antonov An-12. Esta característica es algo muy común en China, ya que una buena parte de su aviación militar se basa en continuas evoluciones de aeronaves soviéticas que han ido mejorando con el paso del tiempo. No ha sido hasta hace unos pocos años cuando han empezado a despuntar con plataformas propias.

Se cree que el KJ-700 cuenta con dos antenas de radar de apertura distribuida que operan en diferentes bandas, se trata de una disposición muy similar a las que se encuentran en el KJ-600, otro avión similar algo más pequeño.

Este radar se utiliza principalmente para la búsqueda de aviones y misiles enemigos en grandes franjas del espacio aéreo, lo que permite luego apuntar los misiles interceptores dedicados a derribar estas amenazas aéreas. Gracias a él, este tipo de aeronaves de alerta temprana pueden detectar misiles de crucero o cualquier tipo de avión que vuele a muy baja cota y que sería imposible de identificar con otro medio como los radares terrestres.

Asimismo, la combinación de los radares laterales y los sensores electroópticos e infrarrojos de largo radio, indica que la aeronave también cuenta con una elevada función de recopilación de datos para inteligencia. Esas herramientas pueden emplearse para la vigilancia marítima o en tierra firme, control fronterizo, reconocimiento o adquisición de objetivos.

KJ-500 aterrizando, el avión hermano del KJ-700

KJ-500 aterrizando, el avión hermano del KJ-700 Alert5 vía Wikimedia

Otras misiones encomendadas al KJ-700, en las que se incluye la variante KJ-700H, son la de comando y control y establecer una red de comunicaciones. Dos papeles esenciales teniendo en cuenta la amplitud del escenario indopacífico.

KJ-500

Durante la crisis entre Pekín y Taipéi, el KJ-500 fue el encargado de monitorizar a Taiwán y rastrear sus movimientos, por lo que China seguramente conocía las posiciones de todos y cada uno de los efectivos desplegados tras la incursión de aeronaves chinas más allá de la Zona de Identificación de Defensa Aérea que separa ambos países.

KJ-500

Entre las modificaciones que la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación añadió a la versión base se incluyen varios puestos para el mando y control, antenas matriciales, un radar y el radomo que protagoniza el conjunto. Este último está compuesto de un sistema de tres radares AESA mucho más avanzado capaz de proporcionar cobertura en los 360 grados de la aeronave. Se desconoce la cobertura radar, pero sistemas similares modernos pueden alcanzar los 400 kilómetros de radio.

China no ha publicado más datos sobre esta aeronave haciendo gala del hermetismo que caracteriza a toda la vertiente militar del gigante oriental. Algunos reportes indican que cuenta con capacidad de guerra electrónica a través de la denegación activa del espectro radioeléctrico a los enemigos mientras proporciona protección contra este mismo tipo de ataque a fuerzas aliadas.