Diseño preliminar del Orbital Carrier

Diseño preliminar del Orbital Carrier Gravitics Omicrono

Aviación y Espacio

El 'portaviones' espacial que EEUU quiere tener en la órbita terrestre: así defenderá sus satélites de Rusia y China

Esta estación permanente en la órbita terrestre baja permitirá a EEUU reaccionar rápidamente frente a amenazas de otras potencias.

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Hace tiempo que el espacio dejó de ser un dominio exclusivo para la exploración científica y la comunicación vía satélite para convertirse en el campo más disputado de la defensa militar. Las principales potencias mundiales saben de la importancia de asegurar sus activos en órbita y desarrollar una capacidad de respuesta rápida ante posibles amenazas. Desde la proliferación de satélites militares hasta la posibilidad de ataques con rayos láser, interferencias de radio o misiles, el control del espacio será uno de los elementos fundamentales del tablero de ajedrez geopolítico del siglo XXI.

En este contexto, la Fuerza Espacial de los Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para desarrollar tecnologías avanzadas que permitan garantizar su superioridad operativa en este entorno crítico. El último paso es un Incremento Estratégico de Financiamiento (STRATFI, por sus siglas en inglés) de 60 millones de dólares (más de 55 millones de euros) en la demostración y puesta en órbita del proyecto Orbital Carrier, una solución revolucionaria para operaciones de respuesta táctica espacial desarrollada por la compañía estadounidense Gravitics, con sede en Seattle.

"Es un honor colaborar con las Fuerzas Espaciales de EEUU (USSF) en esta iniciativa crítica", ha declarado Colin Doughan, CEO de Gravitics, según recoge un comunicado de prensa. "El Orbital Carrier cambia las reglas del juego, ya que actúa como una plataforma de lanzamiento preposicionada en el espacio. Evita las limitaciones tradicionales de lanzamiento, permitiendo a los operadores de vehículos espaciales seleccionar rápidamente una órbita de despliegue a la carta".

Un 'portaviones' espacial

El ambicioso proyecto de Gravitics está en una fase muy preliminar de diseño y desarrollo, pero ya se pueden anticipar algunos de sus requisitos técnicos y sus virtudes, como el potencial para dotar de una flexibilidad y rapidez sin precedentes a las operaciones espaciales de EEUU.

La primera piedra de esta plataforma orbital sería un módulo de 4 metros de diámetro diseñado para proporcionar energía al conjunto mediante paneles solares fotovoltaicos, y un espacio presurizado que permita realizar operaciones en la órbita terrestre baja, a una altitud estimada de entre 300 y 500 kilómetros, similar a la de otras estaciones espaciales.

La estructura modular sugiere una importante capacidad de expansión, lo que podría permitir la integración de componentes adicionales conforme avance el proyecto, adaptándose tanto a necesidades militares como comerciales. La función principal del Orbital Carrier será actuar como una especie de "portaviones espacial", una base estratégica en órbita desde la cual se puedan transportar y desplegar vehículos espaciales maniobrables, ya sean satélites u otras naves.

Este enfoque busca transformar la manera en que se gestionan las operaciones espaciales, eliminando la dependencia de las ventanas de lanzamiento terrestres y permitiendo una respuesta inmediata a situaciones críticas, como amenazas de ataques antisatélite (ASAT) enemigos o maniobras hostiles en el espacio.

Recreación de un módulo StarMax en el espacio

Recreación de un módulo StarMax en el espacio Gravitics Omicrono

Para lograr esto, la plataforma tendrá que incorporar bahías de lanzamiento o sistemas de despliegue integrados, junto con capacidades de propulsión que le permitan realizar ajustes orbitales y mantenerse en una posición operativa óptima.

Además de su rol militar, el Orbital Carrier tiene el potencial de servir como una infraestructura versátil para otros usos. Por ejemplo, podría funcionar como un punto intermedio para actividades comerciales, como el reabastecimiento de otras estaciones espaciales, base de naves destinadas a la minería de asteroides o como soporte logístico para el turismo espacial.

Los módulos StarMax

Esta flexibilidad responde al enfoque de Gravitics, una empresa que trabaja en el desarrollo de módulos espaciales para el sector privado, y ahora ha adaptado su experiencia a los requisitos de la USSF. La autonomía de la plataforma, combinada con su capacidad para operar de manera continua en órbita, promete reducir costes y aumentar la eficiencia de las misiones espaciales.

De hecho, este proyecto se puede entender como una prolongación de StarMax, el principal producto que está desarrollando Gravitics para posibilitar estaciones espaciales modulares. Con un diámetro de entre 4 y 8 metros y un volumen interno máximo de 400 metros cúbicos, cada módulo proporciona aproximadamente la mitad del volumen habitable de la Estación Espacial Internacional en una sola unidad, a la que se pueden añadir sucesivas extensiones.

El casco exterior de StarMax permitirá equipar estos módulos con sistemas de todo tipo, desde paneles solares hasta brazos robóticos u otros equipamientos esenciales. Esta característica facilitará una integración más eficiente y reducirá el tiempo de acoplamiento en órbita, además de facilitar su adaptación a diversas misiones y necesidades.

El interior de cada módulo según los requisitos específicos de cada misión, ya sea para experimentos científicos, fabricación en microgravedad o como 'hotel' para misiones de turismo espacial, también podrá personalizarse al máximo. En términos de seguridad, StarMax tendrá un escudo contra micrometeoritos y desechos orbitales (MMOD) de diseño propio, proporcionando "una protección robusta contra los riesgos del entorno espacial".

Recreación del interior de un módulo StarMax

Recreación del interior de un módulo StarMax Gravitics Omicrono

Todavía queda un largo camino por delante para que Gravitics pueda lanzar estos módulos al espacio, pero la compañía ya ha llevado a cabo con éxito las primeras pruebas de presión de su prototipo de StarMax. Durante la prueba, el prototipo alcanzó una presión de 26,4 psi, superando la presión atmosférica estándar de 14,7 psi, lo que demuestra la integridad estructural del módulo y su idoneidad para las condiciones del espacio.

Esta demostración captó el interés del sector de defensa, y en abril de 2024 Gravitics anunció un primer contrato de 1,7 millones de dólares con SpaceWERX, el brazo de innovación de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, para adaptar la tecnología de StarMax a aplicaciones de respuesta táctica en el espacio, un paso inicial hacia el futuro Orbital Carrier.