Láser instalado en un barco estadounidense

Láser instalado en un barco estadounidense US Navy

Defensa y Espacio

Proyecto Fantasma, la revolucionaria arma láser ultracompacta que ciega sensores, drones y misiles

Northrop Grumman acaba de entregar al Ejército estadounidense un láser en miniatura de menos de 90 kilogramos y ultraportátil.

5 septiembre, 2023 02:01

En paralelo a la carrera tecnológica por los cazas de quinta generación, bombarderos, drones, fragatas o carros de combate, existe otra igual de competitiva por el armamento láser. Más allá de algún proyecto aislado en España, Estados Unidos y China se han aupado como las puntas de lanza con los desarrollos conocidos más avanzados. Centrándose principalmente en la fabricación de sistemas cada vez más pequeños y potentes para que puedan instalarse en casi cualquier sitio.

Este último es el caso de la compañía Northrop Grumman, uno de los contratistas más importantes del Departamento de Defensa estadounidense, que acaba de entregar al gobierno del país el primer láser Phantom. Traducido como Fantasma en español, se trata del primer dispositivo de su clase con un tamaño "similar al de un frigorífico pequeño", según explican.

El Phantom es el primer dispositivo de este tipo de Northrop Grumman, que anteriormente había presentado y probado unidades láser mucho más grandes como las que se pueden embarcar en una fragata o instalar en el remolque de un camión. "El láser está reforzado para su uso en el campo y su miniaturización permite un despliegue rápido en situaciones tácticas".

Pequeño y potente

El empleo de este tipo de armamento en el campo de batalla está directamente relacionado con la mejora tecnológica lograda en los últimos años. Ya en 1983, en plena Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a desvelar los planes de desarrollo de los láseres para misiones muy específicas como cegar a los sistemas de búsqueda integrados en los misiles guiados o atacar a aeronaves.

Los primeros años —más bien décadas— los test no conseguían los resultados esperados y los contratistas fueron afinando cada vez más hasta llegar a la actualidad. Ahora, estos sistemas de energía concentrada y dirigida tienen previsto convertirse en la próxima revolución tecnológica en el campo de batalla, enfocándose en principalmente en sistemas antiaéreos. Ofrecen una cantidad de munición virtualmente ilimitada junto a un coste por disparo ínfimo si se compara con otros sistemas como un misil interceptor y un riesgo de daño colateral muy bajo.

Láser Phantom, del tamaño de un frigorífico pequeño

Láser Phantom, del tamaño de un frigorífico pequeño Northrop Grumman

"Al miniaturizar esta capacidad avanzada, estamos ampliando el alcance de nuestra tecnología y continuamos liderando el camino en láseres de alta energía", ha declarado Robert Fleming, vicepresidente y directo general de sistemas espaciales estratégicos en Northrop Grumman. La compañía "está utilizando su experiencia en energía dirigida para ofrecer un láser extremadamente compacto, liviano y eficiente para los militares".

La miniaturización a la que se refiere Fleming ha conseguido reducir el peso del Phantom a menos de 90 kilogramos. "Que permite levantarlo, transportarlo e instalarlo con tan sólo dos personas", explican en la nota de prensa. Y a un tamaño de 340 litros, similar al de un frigorífico de los pequeños.

La potencia del cañón láser de alta energía alcanza los 10 kW y son suficientes como para cegar sensores, misiles y drones. Está muy por detrás de otros sistemas más grandes que consiguen 500 kW, pero a cambio cuenta con ese formato ultraportátil. "El cliente de Phantom lo integrará con otros subsistemas para pruebas y posterior entrega a clientes militares", aseguran. No lo detallan en la nota de prensa, pero seguramente esos subsistemas sean un radar y una base rotatoria que trabajen de forma conjunta para dar cobertura antiaérea en los 360 grados.

La apuesta de Estados Unidos por este tipo de armamento es clara. Según la Oficina de Contabilidad del Gobierno del país, el Pentágono —Departamento de Defensa— gasta unos 900 millones de euros al año en el desarrollo de armas de energía dirigida. A los que hay que sumar las iniciativas privadas de las compañías invirtiendo sus propios fondos y los gastos en programas secretos no etiquetados. Uno de los últimos proyectos aprobados es el que busca integrar sistemas láser en quads.

El láser infinito

El gobierno chino tampoco quiere quedarse atrás en la ya mencionada carrera por el láser. Hace unas pocas semanas, científicos militares bajo las órdenes de Pekín hicieron público el desarrollo de un nuevo sistema de refrigeración que permite que los láseres de alta energía funcionen "infinitamente" sin acumulación de calor.

Y es que, las altas temperaturas generadas cuando se emplean este tipo de arma es uno de los principales escollos por los que todavía no está ampliamente integrado en muchas plataformas aéreas, terrestres y marítimas. Las investigaciones científicas, publicadas en la revista china Acta Optica Sinica el 4 de agosto, explican cómo han conseguido "mejorar el rendimiento de los sistemas láser de alta energía".

Rayo láser

Rayo láser IDF

Esta tecnología desarrollada "permite generar haces de alta calidad no sólo en el primer segundo, sino que se pueden mantener indefinidamente". Elimina por completo el calor nocivo que se genera durante el funcionamiento gracias al sistema de refrigeración que proporciona aire limpio y seco al generador de energía.

La aplicación incrementa de forma notable las capacidades en el campo de batalla al "extender los tiempos de enfrentamiento, aumentar el alcance y el daño, y reducir la logística y los costes", explican los científicos chinos. Los detalles técnicos y más específicos no se han revelado al tratarse de un programa militar, aunque sí se sabe que ya han integrado este sistema en algunos desarrollos de armas láser del país.

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